Videojuegos vinculados a mayor inteligencia en niños, revela estudio con control genético

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José Ferrada 04-08-2025

Investigación con 9.855 niños estadounidenses halló que quienes jugaron más horas aumentaron 2.5 puntos su CI en dos años, mientras TV y redes no mostraron efectos.


Un estudio internacional publicado en Scientific Reports asoció el tiempo dedicado a videojuegos con un incremento medible en la inteligencia de niños, desafiando narrativas previas sobre daños cognitivos. Tras analizar datos del Estudio ABCD con control de variables genéticas y socioeconómicas, científicos de Suecia, Alemania y Países Bajos observaron que niños de 9-10 años que jugaron más horas que el promedio (1 hora diaria) aumentaron 2.5 puntos de CI tras dos años.


Metodología robusta, hallazgos claros


La investigación siguió a 5.000 niños durante 24 meses, evaluando habilidades como comprensión lectora, procesamiento visoespacial y autocontrol mediante pruebas estandarizadas. Neurocientífico Torkel Klingberg del Instituto Karolinska explicó: "Respaldamos que jugar videojuegos aumenta la inteligencia", destacando que la televisión y redes sociales no mostraron impactos positivos ni negativos.


El efecto se atribuyó a la naturaleza interactiva de los juegos, que exigen resolución de problemas y adaptación estratégica. "La inteligencia no es una constante fija al nacer", subrayó el estudio, que descartó diferencias por tipo de dispositivo (móvil/consola), según reportó Science Alert.


Matices y limitaciones


Pese a los resultados, los autores enfatizaron que el aumento cognitivo fue modesto y no implica causalidad directa. Klingberg advirtió que no evaluaron impactos en "sueño, actividad física o rendimiento escolar", y que la muestra se limitó a EE.UU. Investigaciones previas con diseños menos rigurosos generaron conclusiones contradictorias, según el equipo.


El trabajo aporta evidencia sólida al debate sobre pantallas: "Los medios digitales definen la infancia moderna, pero sus efectos cognitivos son complejos", escribieron los autores. Futuros estudios analizarán cómo estos cambios se reflejan en el desarrollo cerebral.