Científicos alertan por la evolución del virus H9N2: la gripe aviar leve que podría adaptarse al ser humano
Aunque históricamente ha sido considerada una cepa de baja peligrosidad, nuevos estudios advierten que el virus H9N2 muestra signos de adaptación a las células humanas, lo que podría convertirlo en una futura amenaza sanitaria.
El virus de la gripe aviar H9N2, tradicionalmente catalogado como una variante leve que afecta principalmente a aves, está generando preocupación entre la comunidad científica debido a recientes hallazgos que sugieren un potencial riesgo para la salud humana. Investigaciones publicadas en 2024 y 2025 advierten que este subtipo —hasta ahora eclipsado por el más conocido H5N1— podría estar experimentando mutaciones que incrementan su capacidad de infección en personas.
Si bien la atención global ha estado centrada en el H5N1, responsable de 21 muertes humanas desde 2020 y de contagios entre vacas lecheras en América del Norte, expertos como Kelvin To, microbiólogo de la Universidad de Hong Kong, advierten que el H9N2 es el segundo virus de gripe aviar más frecuente en humanos, con al menos 173 casos confirmados desde 1998, la mayoría en China.
La mayoría de los contagios no provoca síntomas graves ni requiere hospitalización, lo que dificulta su detección y vigilancia. Michelle Wille, investigadora del Instituto Peter Doherty de Melbourne, explicó que muchos pacientes podrían haber pasado inadvertidos, ya que las pruebas diagnósticas suelen estar orientadas a identificar el H5N1 y no el H9N2.
Aunque no hay evidencia concluyente de transmisión entre personas, un estudio presentado en octubre de 2025 durante el Pandemic Research Alliance International Symposium reveló que el H9N2 ha experimentado cambios genéticos significativos desde 2015. Estos ajustes le permiten infectar con mayor eficiencia células humanas, según los resultados publicados en la revista Emerging Microbes & Infections.
Los experimentos liderados por Kelvin To compararon una muestra del virus recolectada en 2024 con otra de 1999, comprobando que la versión más reciente se adhiere mejor a distintos receptores celulares humanos. “Estos signos de adaptación viral son una señal de alerta”, advierte el microbiólogo.
Para que el H9N2 llegue a provocar una pandemia, aún debería atravesar varias mutaciones adicionales que le permitan adaptarse completamente a las condiciones del organismo humano, como los receptores respiratorios y los rangos de temperatura corporal. Sin embargo, la comunidad científica insiste en que el hecho de que las mutaciones ya estén ocurriendo exige fortalecer la vigilancia sanitaria.
Especialistas coinciden en que los sistemas actuales de monitoreo siguen siendo insuficientes y que muchos casos leves pasan inadvertidos. Por ello, hacen un llamado a reforzar los programas de seguimiento genético de cepas emergentes para anticipar una posible transmisión sostenida entre humanos.