Un halcón urbano usó el tráfico como estrategia de caza en un sorprendente caso de adaptación animal


Investigadores documentaron cómo un joven halcón de Cooper en Nueva Jersey sincronizaba sus ataques con los semáforos y el ruido de cruces peatonales.
En un notable ejemplo de adaptación urbana, un halcón de Cooper desarrolló una sofisticada técnica de caza utilizando el tráfico vehicular como camuflaje. Vladimir Dinets, zoólogo de la Universidad de Tennessee, observó durante 18 días cómo el ave rapaz coordinaba sus ataques con las señales acústicas de los cruces peatonales en West Orange, Nueva Jersey. El estudio, publicado en Frontiers in Ethology, reveló que el halcón esperaba a que los autos se detuvieran en el semáforo para ocultarse tras ellos y sorprender a sus presas.
"Era como ver a un agente secreto en acción", describió Dinets, quien registró seis intentos de caza exitosos durante su investigación. El halcón, identificable por su plumaje, solo actuaba cuando se formaba una fila larga de vehículos, lo que le proporcionaba cobertura suficiente para acercarse a un grupo de gorriones que se alimentaban cerca de una casa.
Inteligencia animal en entornos hostiles
El comportamiento demostró una capacidad cognitiva excepcional para un ave joven recién adaptada a la ciudad. El halcón no solo asoció el sonido del cruce peatonal con la formación de tráfico, sino que también mantuvo un mapa mental del área y los horarios en que sus presas estaban presentes. "Requiere un nivel de planificación que pocas veces atribuimos a aves solitarias", explicó Dinets, según reportó The Guardian.
Aunque se conocen casos de aves que usan herramientas o aprovechan elementos urbanos —como los cuervos que rompen nueces con los autos—, este es el primer registro detallado de un raptor utilizando patrones de tráfico como parte de su estrategia de caza. El halcón adulto observado al año siguiente podría ser el mismo individuo, lo que sugeriría que perfeccionó la técnica con el tiempo.
Dinets destacó que las ciudades representan desafíos únicos para la fauna silvestre. "Sobrevivir aquí exige habilidades extraordinarias", señaló. El caso del halcón de Cooper no solo ilustra la plasticidad conductual de estas aves, sino que también cuestiona los límites tradicionales entre entornos naturales y urbanos.
Cuando el restaurante al aire libre cerró y las señales peatonales cambiaron su patrón en verano, el halcón desapareció de la zona —una prueba más de su asombrosa capacidad para adaptarse a dinámicas humanas específicas. Para los científicos, este hallazgo abre nuevas preguntas sobre cómo otras especies podrían estar desarrollando tácticas similares en ciudades alrededor del mundo.