Toxina bacteriana podría explicar el aumento de cáncer colorrectal en jóvenes, incluyendo Chile


Estudio internacional vincula la exposición infantil a cepas tóxicas de E. coli con el incremento global de casos en menores de 50 años, fenómeno que también afecta a Chile.
Una toxina producida por bacterias intestinales podría ser clave en el preocupante aumento de cáncer colorrectal en adultos jóvenes, revela un estudio publicado por la Universidad de California en San Diego. La investigación analizó 981 tumores de 11 países —incluyendo Chile, donde los casos en jóvenes han crecido significativamente— y encontró que las mutaciones asociadas a la toxina colibactina son tres veces más frecuentes en pacientes menores de 40 años.
El peligro oculto en la microbiota infantil
La colibactina, producida por ciertas cepas de E. coli, daña el ADN de las células del colon durante la infancia, aumentando el riesgo de cáncer décadas después. "Creemos que es una infección temprana que siembra el terreno para el cáncer", explicó el profesor Ludmil Alexandro, según reportó The Guardian. En países con altas tasas de cáncer temprano —como EE.UU., Reino Unido y Chile—, 30-40% de los niños ya portan estas bacterias peligrosas.
El fenómeno es alarmante: los casos en menores de 50 años se duplican cada década y podrían convertirse en la principal causa de muerte por cáncer en este grupo para 2030. Chile no escapa a esta tendencia, con un incremento sostenido que preocupa a los especialistas locales.
Prevención y nuevas incógnitas
Aunque factores como la obesidad y las dietas ultraprocesadas siguen siendo clave, este hallazgo abre nuevas líneas de investigación. ¿Podrían los probióticos reducir el riesgo? ¿Cómo se propagan estas cepas bacterianas? Cancer Research UK, financiador del estudio, recuerda que más del 50% de estos cánceres son prevenibles con hábitos saludables, pero la colibactina emerge como un factor adicional crítico.
"Es una pieza importante del rompecabezas", señaló David Scott de Cancer Grand Challenges. Para Chile y el mundo, entender este mecanismo podría ser vital para frenar una epidemia que desafía a las nuevas generaciones. Mientras tanto, los expertos insisten en chequeos tempranos ante síntomas persistentes, como cambios en el ritmo intestinal o sangrado rectal.