Titán: ¿Cuna de la vida extraterrestre? Un nuevo estudio desafía la búsqueda convencional

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José Ferrada 23-07-2025

La próxima misión Dragonfly de la NASA podría desvelar indicios de estructuras protocelulares en la luna de Saturno, ofreciendo una perspectiva innovadora sobre el origen de la vida más allá de la Tierra.


Científicos planetarios exploraron la fascinante posibilidad de que Titán, la enigmática luna de Saturno, albergue formas de vida primitivas. Un reciente estudio, publicado en el International Journal of Astrobiology, sugiere que la sonda Dragonfly de la NASA, programada para sobrevolar los lagos de hidrocarburos de Titán, podría toparse con una espuma similar a las primeras señales de vida en la Tierra. Este hallazgo potencial redefine la búsqueda de vida extraterrestre, enfocándose en entornos con ciclos líquidos complejos.


Titán, con su sorprendente similitud geológica con la Tierra, presenta vastos lagos y mares de metano y etano. Estos líquidos circulan entre la superficie y la atmósfera, evaporándose para formar nubes y precipitando como lluvia, un ciclo análogo al ciclo del agua terrestre. Los investigadores sospecharon que procesos similares en Titán podrían propiciar el surgimiento de la vida.


El estudio profundizó en la formación de estructuras protocelulares, conocidas como vesículas, en Titán. Estas simples burbujas de moléculas grasas, con un bolsillo interno rodeado por una membrana, se asemejan a las células biológicas. La existencia de cualquier vesícula en Titán indicaría un aumento en el orden y la complejidad, condiciones esenciales para el origen de la vida, explicó el científico planetario Conor Nixon del Centro de Vuelo Espacial Goddard de la NASA. Nixon y su colega Christian Mayer, químico físico de la Universidad de Duisburgo-Essen, basaron su teoría en cómo la materia inorgánica en la Tierra evolucionó hacia la vida en entornos acuáticos dinámicos.


El Proceso de Formación de Vesículas en Titán


Las vesículas, según Nixon y Mayer, se formarían a través de un proceso complejo exclusivo de mundos con ciclos líquidos. El proceso comenzaría con la lluvia de metano, que transportaría moléculas anfifílicas desde la atmósfera hasta la superficie de un lago. Estas moléculas, con un extremo polar que atrae líquidos y un extremo no polar que atrae grasas, se autoagregarían en ambientes no polares, formando una capa superficial. Cuando las gotas de líquido salpicaron esta capa, se recubrieron con ella antes de volver al aire, creando una niebla de gotas encapsuladas. Una segunda inmersión en el lago selló el proceso, ya que las vesículas requerían una doble capa de anfifílicos para estabilizarse, similar a una membrana celular biológica.


Las vesículas estables se acumularían con el tiempo, y los anfifílicos estabilizadores correspondientes se protegerían temporalmente de la descomposición, señalaron Nixon y Mayer, según reportó Science Alert. Este proceso de selección composicional a largo plazo llevaría a la proliferación de las vesículas más estables, impulsando un proceso evolutivo hacia una mayor complejidad y funcionalidad. Si este fenómeno ocurre en Titán, tendría profundas implicaciones sobre cómo la vida emerge de la materia inerte.