Satélite zombie de 1964 genera misteriosa señal que confundió a astrónomos y revela peligro de basura espacial


Investigadores australianos descubrieron que un destello radioeléctrico 3.000 veces más brillante que cualquier objeto celeste provino de un satélite abandonado hace 57 años, alertando sobre interferencias en la exploración del cosmos.
(CNN) - Un equipo de astrónomos de la Universidad Curtin en Australia creyó haber detectado en junio de 2024 un fenómeno cósmico revolucionario, hasta que descubrieron que la señal provenía del Relay 2, un satélite de comunicaciones abandonado desde 1967.
La emisión, 3.000 veces más brillante que cualquier objeto en el cielo y con una duración de apenas 30 nanosegundos, iluminó las limitaciones que impone la basura espacial a la investigación astronómica.
De esperanza cósmica a alerta orbital
El radiotelescopio ASKAP, compuesto por 36 antenas en Australia Occidental, captó inicialmente lo que parecía una ráfaga rápida de radio —destellos de energía de galaxias distantes—.
Sin embargo, la señal venía de solo 4.500 km de distancia, coincidiendo con la posición del satélite fantasma. "Al principio nos emocionamos, pero luego entendimos que revelaba un problema mayor", admitió Clancy James, líder del estudio publicado en The Astrophysical Journal Letters.
Los científicos determinaron que la causa más probable fue una descarga electrostática en la carcasa metálica del Relay 2, similar a la electricidad estática que se acumula al frotar unos zapatos. Una hipótesis menos plausible apuntaba al impacto de un micrometeorito a 72.000 km/h. Expertos independientes como James Cordes (Universidad de Cornell) respaldaron los hallazgos, aunque señalaron que ambos mecanismos podrían coexistir.
El incidente expuso cómo los desechos espaciales —más de 11.000 satélites inactivos orbitan la Tierra— distorsionan la exploración del universo. "Si los satélites muertos emiten estas señales, distinguirlas de fenómenos astrofísicos reales será cada vez más difícil", advirtió James, especialmente con megaconstelaciones como Starlink añadiendo miles de objetos más a la órbita terrestre.