Satélite ruso vinculado a programa de armas nucleares antisatélite gira fuera de control, según EE.UU.

Imagen
José Ferrada 28-04-2025

Datos de empresas de rastreo espacial revelan que el Cosmos 2553, sospechoso de apoyar el desarrollo de armas antisatélite, presenta movimientos erráticos que sugieren una falla operativa.


Un satélite ruso vinculado a un polémico programa de armas nucleares antisatélite podría haber dejado de funcionar, según análisis de empresas de vigilancia espacial. El Cosmos 2553, lanzado semanas antes de la invasión rusa a Ucrania en 2022, muestra movimientos erráticos y giros incontrolables, según datos de LeoLabs y Slingshot Aerospace compartidos con Reuters.


Funcionarios estadounidenses aseguran que este satélite, aunque no es un arma en sí mismo, forma parte de un programa ruso para desarrollar un sistema capaz de destruir constelaciones satelitales como Starlink, vital para las comunicaciones ucranianas. Moscú niega estas acusaciones y afirma que el artefacto tiene fines científicos.


Incógnitas en órbita


El satélite opera en una zona de alta radiación a 2.000 km de la Tierra, evitada por la mayoría de satélites civiles. En noviembre, LeoLabs detectó su giro anómalo mediante radar Doppler, y en diciembre elevó la alerta a "alta confianza" sobre su pérdida de control. Slingshot Aerospace corroboró estos datos, aunque observaciones recientes sugieren cierta estabilización.


El Comando Espacial de EE.UU. confirmó cambios en su altitud pero evitó detalles, mientras el CSIS de Washington declaró que el comportamiento "sugiere fuertemente que ya no está operativo". Rusia no respondió a solicitudes de comentarios, según reportó The Guardian.


Este incidente ocurre en medio de una creciente militarización del espacio, donde Rusia ha identificado a Starlink como "objetivo legítimo". Para EE.UU., la opacidad sobre la misión real del Cosmos 2553 aumenta el riesgo de escaladas por malentendidos. Con la órbita terrestre convertida en campo de batalla estratégico, el fracaso de este satélite podría marcar un revés para los planes espaciales de Moscú.