"Ruido alimenticio": Cómo los medicamentos "tipo Ozempic" ayudan a dejar de pensar en comida todo el día
Pacientes describen cómo estas terapias transforman su relación con la comida y reducen la obsesión por comer.
(CNN) - El “ruido alimenticio”, descrito como un diálogo interno constante y obsesivo sobre la comida, afecta a miles de personas, dificultando la toma de decisiones saludables. Sin embargo, medicamentos como Ozempic y Mounjaro, diseñados inicialmente para tratar la diabetes tipo 2, han demostrado un efecto secundario notable: la reducción de este ruido, transformando las vidas de quienes lo experimentan.
Una obsesión que se apaga
Savannah Mendoza, de 27 años, solía gastar gran parte de su salario en comida rápida para satisfacer antojos compulsivos. “Era un pensamiento obsesivo y desagradable”, describe. Desde que comenzó a usar tirzepatida, dice que finalmente puede sentirse tranquila.
Los agonistas del receptor GLP-1, como la semaglutida y la tirzepatida, imitan señales de saciedad en el cuerpo, haciendo que las personas se sientan llenas más rápido y por más tiempo. Este cambio no solo reduce el hambre física, sino también la búsqueda compulsiva de comida.
Summer Kessel, otra paciente, asegura que su experiencia fue inmediata. “Todo el ruido en mi cabeza sobre qué, dónde y cuánto comer desapareció tras la primera inyección”.
La ciencia detrás del deseo compulsivo
El Dr. Michael Lowe, de la Universidad de Drexel, relaciona este fenómeno con el hambre hedónica: un intenso deseo de placer relacionado con la comida, incluso sin hambre física. Según Lowe, el acceso constante a alimentos procesados exacerba esta condición.
Además de los medicamentos, algunos especialistas recomiendan enfoques como la terapia cognitivo-conductual para manejar estos patrones. Aun así, pacientes como Jackson LeMay, quien perdió más de 70 kilos con la ayuda de Mounjaro, destacan cómo su relación con la comida ha cambiado: “Ahora como para vivir, no vivo para comer”.