Rilmenidina, fármaco antihipertensivo, muestra potencial antienvejecimiento en estudio

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José Ferrada 22-07-2025

Investigación publicada en Aging Cell revela que este medicamento ya aprobado para humanos extendió la longevidad en gusanos e imitó efectos celulares de la restricción calórica en ratones, abriendo una vía terapéutica inédita.


La rilmenidina, un fármaco antihipertensivo de uso común, demostró propiedades para ralentizar el envejecimiento en gusanos Caenorhabditis elegans, según un estudio de la Universidad de Birmingham publicado en Aging Cell. Los animales tratados, tanto jóvenes como adultos, vivieron más tiempo y presentaron mejores marcadores de salud, replicando efectos de la restricción calórica, estrategia conocida por extender la esperanza de vida en modelos animales.


João Pedro Magalhães, biogerontólogo molecular y líder de la investigación, destacó: "Por primera vez comprobamos que la rilmenidina puede aumentar la longevidad en animales". El hallazgo adquiere relevancia porque este medicamento oral, con efectos secundarios leves (como somnolencia ocasional), ya cuenta con aprobación clínica para humanos, lo que aceleraría su posible reutilización como terapia antienvejecimiento.


El rol clave de un receptor


Experimentos posteriores en tejidos de ratones confirmaron que el fármaco induce cambios celulares idénticos a los de una dieta baja en calorías en órganos como hígado y riñones. El mecanismo identificado reveló un actor indispensable: el receptor de señalización *nish-1*. Cuando los científicos lo eliminaron, los beneficios desaparecieron; al restaurarlo, los efectos antienvejecimiento reaparecieron. Este receptor se convirtió en un objetivo prioritario para futuras investigaciones.


La restricción calórica extrema, aunque efectiva en estudios, genera efectos adversos como fragilidad ósea o caída de cabello en humanos. La rilmenidina podría ofrecer ventajas clave: proporciona beneficios similares sin riesgos significativos y evita las dificultades de mantener dietas prolongadas. Según reportó Science Alert, Magalhães subrayó la urgencia de este avance: "Con una población mundial que envejece, retrasar el envejecimiento, aunque sea levemente, tendría impactos enormes".


A pesar de los resultados alentadores, los científicos advirtieron que la aplicación en humanos requiere estudios profundos. El C. elegans comparte genes con las personas, pero es un modelo distante. La investigación actual sienta bases para explorar si la rilmenidina tiene aplicaciones clínicas más allá del control de la presión arterial, marcando un hito en la búsqueda de terapias accesibles contra el deterioro asociado a la edad.