Productos de belleza alteran el escudo químico natural del cuerpo humano, revela estudio


Investigadores descubrieron que perfumes y lociones modifican el "campo de oxidación" que nos protege, generando compuestos potencialmente dañinos cerca de piel y vías respiratorias.
El uso diario de productos cosméticos como perfumes y lociones corporales altera significativamente la química protectora que rodea al cuerpo humano, según un estudio publicado en Science Advances. Científicos del Instituto Max Planck comprobaron que estos productos interfieren con el campo de oxidación humano, un escudo natural formado por radicales hidroxilo (OH) que neutraliza contaminantes atmosféricos.
El experimento, realizado con cuatro voluntarios en condiciones controladas, demostró que componentes como el fenoxietanol y etanol aumentaron hasta 2.8 veces su concentración cerca de las vías respiratorias tras aplicarse lociones. Estos compuestos no solo persistieron en el aire por más de diez minutos, sino que redujeron en 34% la presencia de radicales OH protectores.
Una barrera química vulnerable
El campo de oxidación humano, descubierto en 2022, se genera cuando los aceites naturales de la piel reaccionan con el ozono ambiental. Esta capa funciona como filtro contra contaminantes, pero los ingredientes cosméticos alteran su equilibrio químico. "Estamos modificando constantemente esta protección invisible sin entender las consecuencias", advirtió Nora Zannoni, autora principal del estudio, según reportó Science Alert.
Al aplicar fragancias, los niveles de monoterpenos alcanzaron concentraciones diez veces superiores a las normales, creando un cóctel químico potencialmente riesgoso cerca de piel y pulmones. Jonathan Williams, coautor de la investigación, enfatizó que estos cambios ocurren en la "zona de respiración" inmediata, donde podrían absorberse compuestos nocivos.
Aunque el estudio no midió impactos directos en la salud, los hallazgos plantean interrogantes sobre la seguridad a largo plazo de los productos de cuidado personal en espacios cerrados. Los investigadores urgieron a profundizar estudios sobre los subproductos químicos que se generan en este proceso, especialmente en ambientes interiores donde pasamos el 90% del tiempo.
Esta investigación marca un avance crucial para entender cómo nuestros hábitos de belleza cotidianos interactúan con los sistemas de defensa química del cuerpo, abriendo nuevas líneas de estudio sobre exposición a compuestos volátiles en la vida diaria.