Nuevo estudio revela un vínculo genético entre el trastorno bipolar y la epilepsia
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Investigadores chinos han identificado variantes genéticas compartidas entre el trastorno bipolar tipo I y la epilepsia, lo que podría cambiar el enfoque sobre el tratamiento de ambas condiciones.
Un equipo de la Academia China de Ciencias ha descubierto pruebas de una conexión genética entre el trastorno bipolar tipo I (BD-I) y la epilepsia, revelando un vínculo hasta ahora poco comprendido entre estas dos enfermedades neurológicas.
Publicado en la revista Genomic Psychiatry el 30 de septiembre de 2024, el estudio presenta nuevas oportunidades para la investigación y tratamientos personalizados.
Utilizando datos de estudios genéticos de asociación del genoma completo (GWAS), el equipo liderado por el Dr. Ming Li analizó más de 26,000 casos de epilepsia y 25,000 de BD-I en poblaciones europeas.
Los resultados mostraron una correlación genética positiva significativa entre ambas condiciones, lo que sugiere una relación causal que, hasta ahora, solo se intuía a nivel clínico.
Uno de los hallazgos clave del estudio fue la identificación de alrededor de 1,300 variantes genéticas que afectan tanto a la epilepsia como al BD-I.
Además, se descubrieron seis loci genómicos independientes que están fuertemente asociados con ambas afecciones, lo que sugiere que comparten mecanismos biológicos subyacentes.
De particular interés fue el gen SP4, vinculado tanto al BD-I como a la epilepsia. Este gen, que regula la actividad neuronal y se estabiliza con litio, plantea una importante pregunta sobre su potencial como objetivo en tratamientos para ambas enfermedades.
El Dr. Li subrayó las implicaciones clínicas del estudio: "Nuestros hallazgos podrían explicar por qué los estabilizadores del ánimo, como el litio, son efectivos para tratar tanto el trastorno bipolar como la epilepsia".
Los resultados no solo ofrecen una mejor comprensión de estas afecciones, sino que también podrían informar futuras investigaciones sobre otros trastornos neuropsiquiátricos que podrían compartir bases genéticas, como la esquizofrenia o los trastornos del espectro autista.
Sin embargo, los investigadores reconocen limitaciones en su enfoque, como la falta de diversidad étnica en los datos analizados, lo que sugiere nuevas áreas de estudio para explorar cómo estas conexiones genéticas se manifiestan en diferentes poblaciones.