Nuevas pruebas genéticas desmienten definitivamente el supuesto colapso ecológico de la Isla de Pascua
Un reciente estudio genómico revela que la civilización de Rapa Nui no sufrió un colapso autoinfligido, sino que fue una comunidad resiliente que mantuvo contactos con otras culturas antes de la llegada europea.
Un nuevo estudio de ADN ha cuestionado la teoría de que los antiguos habitantes de la Isla de Pascua, también conocida como Rapa Nui, llevaron su civilización al colapso por la sobreexplotación de recursos.
Según el estudio, publicado en Nature, la población rapanui no sufrió un ecocidio, como sostenía el autor Jared Diamond en su libro Colapso.
Investigadores de la Universidad de Copenhague y la Universidad de Lausana encontraron que, antes del contacto con los europeos, los antiguos rapanui se mezclaron con poblaciones de ascendencia polinesia y americana indígena.
Esto sugiere que, lejos de estar aislados, los habitantes de la isla mantuvieron conexiones culturales con otras comunidades, probablemente a través de la navegación marítima.
El análisis de restos genéticos de 15 individuos antiguos indica que la población rapanui era pequeña pero estable, con un tamaño de entre 1,500 y 3,000 personas, que sobrevivieron hasta que las incursiones de esclavos peruanos y las epidemias coloniales europeas diezmaron la población en el siglo XIX.
Los nuevos datos no solo descartan un colapso interno de la civilización, sino que también revelan la habilidad de los polinesios para cruzar grandes distancias por mar y llegar a América antes de la llegada de los europeos.
Este descubrimiento refuerza la teoría de que los antiguos navegantes polinesios lograron establecer contactos con pueblos indígenas americanos.
Los hallazgos, respaldados por la comunidad rapanui y diversas comisiones arqueológicas, ofrecen una perspectiva renovada sobre la historia de la isla y plantean nuevos interrogantes sobre el verdadero alcance de sus contactos con el resto del mundo antes de la colonización europea.