Niño británico de 2 años se convierte en el miembro más joven de Mensa al leer fluidamente y contar en 5 idiomas


Joseph Harris-Birtill superó todos los récords al ingresar a la sociedad de alto coeficiente intelectual con habilidades que incluyen lectura avanzada, dominio de lenguas y curiosidad por el código Morse.
Un niño británico de dos años se convirtió en el miembro más joven de Mensa, la sociedad de alto coeficiente intelectual más prestigiosa del mundo, tras demostrar habilidades cognitivas extraordinarias. Joseph Harris-Birtill leyó su primer libro completo a los 21 meses, cuenta hasta 100 en cinco idiomas y explora conceptos como el alfabeto griego y la tabla periódica.
Sus padres, Rose y David, buscaron orientación en Mensa Reino Unido al notar su desarrollo excepcional. "A los siete meses dijo su primera palabra, y a los dos años leía fluidamente durante 10 minutos seguidos", relató su madre a Guinness World Records. La organización lo aceptó con 2 años y 182 días, superando el récord previo de Isla McNabb, una niña estadounidense admitida en 2023 con 2 años y 195 días.
El desafío de educar a un prodigio
Para ingresar a Mensa, los candidatos deben demostrar un coeficiente intelectual en el percentil 99, algo que Joseph logró sin necesidad de pruebas formales gracias a evidencias como su capacidad para contar en inglés, español, francés, galés y mandarín. Sin embargo, su familia anticipa retos. "Los sistemas educativos no están diseñados para niños que superan ampliamente los estándares", admitió Rose, quien espera que la membresía en Mensa brinde recursos para su desarrollo.
Según reportó Science Alert, expertos señalan que los verdaderos prodigios como Joseph son extremadamente raros (1 entre 5-10 millones) y que su potencial depende tanto de la genética como del ambiente. Aunque su futuro académico requerirá adaptaciones, sus padres enfatizan que, más allá de sus logros, "es un niño feliz que merece una infancia equilibrada".
El caso de Joseph no solo sorprende por su precocidad, sino que ilumina las necesidades educativas especiales de los niños superdotados, un grupo frecuentemente ignorado en las políticas escolares tradicionales. Mientras explora el código Morse o los elementos químicos, su historia plantea una pregunta crucial: ¿cómo nutrir mentes brillantes sin sacrificar la niñez?