Netflix expone el lado oscuro de "The Biggest Loser": Métodos peligrosos y estigma corporal en nombre de la salud
Documental revela cómo el icónico reality promovió regímenes extremos insostenibles y burla sistémica hacia participantes con sobrepeso.
(CNN) - La docuserie Fit for TV: The Reality of 'The Biggest Loser', estrenada en Netflix, desmontó el legado del popular programa de pérdida de peso tras 18 temporadas. Dirigida por Skye Borgman, la investigación expuso que "el valor de entretenimiento superó con creces los aspectos de salud", según declaró la cineasta a CNN. Médicos y exconcursantes detallaron prácticas riesgosas: dietas de 800-1,200 calorías diarias y hasta ocho horas diarias de ejercicio, con participantes vomitando o colapsando en cintas de correr.
Daño metabólico y psicológico
Un estudio de 2017 con 14 concursantes confirmó lo que expertos ya sospechaban: la mayoría recuperó el peso perdido debido a cambios metabólicos permanentes. "Sus cuerpos quemaban menos calorías y aumentaban señales de hambre seis años después", explicó la Dra. Larissa McGarrity (Universidad de Utah). La Dra. Rebecca Pearl (Universidad de Florida) añadió que el enfoque punitivo saboteba relaciones saludables con la comida y el ejercicio, contradiciendo la promesa de "transformación vital".
El documental evidenció cómo el show estigmatizó la obesidad: cámaras exageraban caídas para simular "terremotos", desafíos humillantes como morder panes enteros, y narrativas que culpabilizaban a los participantes. Oona Hanson, especialista en trastornos alimenticios, denunció: "Transmitió que tener un cuerpo grande era fallo moral", ignorando factores genéticos y ambientales. Pese a testimonios de empoderamiento individual, Borgman concluyó que el programa "nos hizo reírnos de personas gordas sin plena conciencia".
Aunque cancelado hace años, el documental urge a revisar cómo la cultura estadounidense aborda el peso: "Creemos estar evolucionados, pero no aceptamos a las personas como son", reflexionó la directora.