Mutaciones celulares aceleran el envejecimiento vascular y muscular, revelan estudios

Investigadores del Instituto Karolinska descubrieron que alteraciones genéticas no hereditarias en tejidos contribuyen al deterioro físico asociado con la edad y enfermedades renales.
Dos estudios publicados en Nature Aging demostraron que las mutaciones somáticas —alteraciones genéticas no hereditarias— aceleran significativamente el envejecimiento de vasos sanguíneos y reducen la fuerza muscular. La investigación, dirigida por la profesora Maria Eriksson del Instituto Karolinska, reveló que estas mutaciones deterioran la capacidad regenerativa de los tejidos, lo que explica parte del declive físico asociado al envejecimiento.
El primer estudio identificó en pacientes con enfermedad renal crónica la misma mutación genética que causa la progeria, una rara enfermedad de envejecimiento prematuro en niños. La proteína patogénica progerina, presente en las paredes vasculares de estos pacientes, formó conglomerados celulares que dañaron los vasos sanguíneos y aceleraron su deterioro. Experimentos en ratones confirmaron que estas células mutadas se propagan a lo largo del sistema vascular.
Implicaciones para enfermedades renales y envejecimiento
El segundo estudio, realizado en modelos murinos, demostró que la acumulación de mutaciones somáticas en músculos durante procesos de regeneración condujo a fibras musculares más pequeñas, menor masa muscular y reducción de hasta un 30% en la fuerza de agarre. Este deterioro se vinculó directamente con la incapacidad de los tejidos para regenerarse adecuadamente.
El profesor Peter Stenvinkel, coautor del estudio, destacó que estos hallazgos explican por qué pacientes renales desarrollan tan frecuentemente complicaciones vasculares. Los resultados sugieren que las mutaciones somáticas, previamente consideradas relevantes solo para el cáncer, desempeñan un papel crucial en enfermedades relacionadas con la edad.
La investigación abre la puerta al desarrollo de nuevos biomarcadores y tratamientos para condiciones asociadas al envejecimiento, además de validar el estudio de enfermedades raras como la progeria para entender mecanismos patológicos más comunes.