Mujeres duermen más que hombres, pero descansan menos, revela la ciencia


Estudios científicos revelan que aunque las mujeres duermen en promedio 20 minutos más que los hombres y tienen más sueño profundo, reportan mayor cansancio debido a factores hormonales, psicológicos y sociales.
Nuevas investigaciones científicas documentaron una paradoja en los patrones de sueño según género. Mediciones de laboratorio en estudios con polisomnografía —el método más preciso para analizar el sueño— mostraron que las mujeres durmieron en promedio 19 minutos más que los hombres. En un análisis global con 70,000 participantes que usaron monitores portátiles, la brecha osciló entre 23 y 29 minutos en adultos de 40 a 44 años.
La brecha entre datos y percepción
Pese a este mayor tiempo de sueño objetivo, las mujeres reportaron consistentemente menor calidad de descanso y presentaron un 40% más de diagnósticos de insomnio. Esta contradicción emergió de tres dimensiones interconectadas:
Factores biológicos explicaron parte de la complejidad. Fluctuaciones hormonales durante la pubertad, ciclo menstrual, embarazo y perimenopausia alteraron los patrones de sueño. En estudios clínicos, la reducción de estrógenos en la transición a la menopausia generó despertares nocturnos recurrentes en el 78% de las participantes.
Condiciones médicas específicas amplificaron el problema. Trastornos tiroideos y deficiencia de hierro —entre un 30% y 50% más frecuentes en mujeres según la OMS— mostraron vínculos directos con la fatiga crónica y la fragmentación del sueño.
Desigualdades sociales emergieron como factor crítico. Datos gubernamentales australianos revelaron que las mujeres realizaron nueve horas semanales más de trabajo no remunerado que los hombres. Esta carga desproporcionada limitó sus oportunidades de recuperación diurna, concentrando la necesidad de restauración únicamente en el sueño nocturno.
Expertos enfatizaron, a través de The Conversation, que la solución trasciende extender las horas de descanso. "Despertar renovada depende de equilibrar cargas emocionales, acceso a salud mental y redistribución de tareas domésticas", señalaron. Los estudios analizaron mayoritariamente poblaciones cisgénero, dejando vacíos en la comprensión del sueño en comunidades trans y no binarias.