¿Por qué los humanos intentan mover las orejas al escuchar? La ciencia tiene una respuesta

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José Ferrada 31-01-2025

Un estudio revela que los músculos de las orejas se activan cuando los humanos escuchan atentamente, un vestigio de nuestros antepasados que podían moverlas para localizar sonidos.


Aunque los humanos perdieron la capacidad de mover las orejas hace millones de años, un nuevo estudio sugiere que nuestro cerebro aún conserva los circuitos neuronales que intentan hacerlo cuando escuchamos con atención. Investigadores de la Universidad de Saarland en Alemania descubrieron que los músculos auriculares se activan en situaciones de escucha esforzada, un vestigio de nuestros antepasados que usaban este movimiento para localizar sonidos.


El estudio, publicado en Frontiers in Neuroscience, involucró a 20 adultos sin problemas auditivos. Los participantes escucharon un audiolibro mientras un podcast competía por su atención en diferentes niveles de dificultad. "Estábamos interesados en descubrir si el sistema auriculo-motor en humanos es sensible a la escucha esforzada", explicó Andreas Schröer, autor principal del estudio.


Un vestigio de nuestro pasado evolutivo


Los resultados mostraron que los músculos auriculares superiores, que levantan las orejas, se activaban más durante las condiciones de escucha más difíciles. Además, los músculos auriculares posteriores, que tiran de las orejas hacia atrás, respondían más cuando los sonidos provenían de detrás del participante. "Nuestro cerebro retuvo algunas de las estructuras para mover las orejas, aunque aparentemente ya no son útiles", dijo Schröer.


Aunque casi ninguno de los participantes podía mover las orejas voluntariamente, los investigadores detectaron actividad muscular mínima o ausente. "Los movimientos que podrían generarse son tan minúsculos que probablemente no haya ningún beneficio perceptible", agregó Schröer.

Implicaciones y futuras investigaciones


El estudio, aunque pequeño, ofrece una visión fascinante de cómo los humanos conservan rasgos evolutivos que ya no usamos. "Este sistema auriculo-motor vestigial está 'haciendo todo lo posible', pero probablemente no logre mucho", concluyó Schröer.


Según reportó The Guardian, los investigadores planean repetir el estudio con un grupo más grande y diverso para confirmar los hallazgos. Mientras tanto, este trabajo destaca cómo nuestro cuerpo aún guarda rastros de habilidades que nuestros antepasados usaron para sobrevivir, incluso si hoy parecen inútiles.