Los civiles de la misión espacial Polaris Dawn experimentan efectos físicos inesperados durante su viaje en órbita
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La tripulación de SpaceX informó desde problemas de visión hasta efectos de la radiación y cambios en la anatomía cerebral, recopilando datos clave para la investigación de la salud en vuelos espaciales.
(CNN) La misión Polaris Dawn de SpaceX llevó a cuatro astronautas privados a una órbita histórica y reveló desafíos físicos únicos para el cuerpo humano en el espacio.
Entre los efectos reportados, el ex piloto de la Fuerza Aérea, Scott "Kidd" Poteet, informó una disminución en su visión en los primeros días del vuelo, mientras que Anna Menon, ingeniera de SpaceX y oficial médico de la misión, experimentó un severo “síndrome de adaptación al espacio”, caracterizado por náuseas extremas.
Estos síntomas son comunes en los vuelos espaciales, aunque suelen ser poco comentados por los astronautas.
La misión de cinco días, financiada y comandada por Jared Isaacman, buscó explorar cómo el cuerpo humano responde a la ingravidez y a la exposición prolongada en el espacio.
Además de realizar la primera caminata espacial comercial, los astronautas llevaron a cabo múltiples experimentos en salud, incluyendo el uso de lentes de contacto especiales diseñados para medir la presión ocular.
Según Menon, este dispositivo, conocido como el “experimento ciborg”, registró datos importantes sobre el impacto de los vuelos espaciales en la visión.
Efectos del vuelo espacial en el cuerpo humano
El objetivo principal de SpaceX es desarrollar conocimientos para futuros viajes al espacio profundo, como una eventual misión a Marte, donde los astronautas enfrentarán condiciones similares durante un periodo mucho más extenso.
“Alrededor de 600 personas han ido a la órbita en los últimos 60 años, y más de la mitad ha sufrido síndrome de adaptación al espacio”, mencionó Isaacman, quien destacó la importancia de entender estos efectos si se planea enviar cientos o miles de personas al espacio.
Los astronautas también informaron sobre posibles efectos de la radiación. Durante la misión, Isaacman experimentó “destellos o luces” al cerrar los ojos, un fenómeno que han experimentado otros astronautas y que aún no se comprende del todo.
Poteet, por su parte, señaló que su visión disminuyó notablemente, lo cual podría estar relacionado con el síndrome neuro-ocular asociado al vuelo espacial, una condición que la NASA ha observado en hasta el 70% de sus astronautas y que se cree está vinculada al desplazamiento de fluidos en el cuerpo.
Al regresar a la Tierra, la tripulación de Polaris Dawn se sometió a resonancias magnéticas y otros análisis de imagen para evaluar los cambios en su anatomía cerebral.
La Dra. Donna Roberts, investigadora del Laboratorio Nacional de la ISS, afirmó que los datos iniciales muestran que el vuelo espacial puede alterar la ubicación y el tamaño de las cavidades cerebrales, aunque no se encontraron efectos clínicamente preocupantes.
Este tipo de investigaciones es crucial para los objetivos futuros de SpaceX, que espera llevar humanos a Marte y establecer colonias en el espacio. La ingeniera Sarah Gillis, quien participó en la misión, resumió: “No prosperamos sin atmósfera, sin oxígeno... Esto subraya la importancia de la investigación que estamos realizando”.