La soledad persistente en adolescentes altera la estructura cerebral, revela estudio


Una investigación con 3,000 jóvenes demostró que el aislamiento social prolongado genera cambios medibles en regiones cerebrales clave para el procesamiento emocional y la toma de decisiones.
El aislamiento social durante la adolescencia produce alteraciones medibles en la estructura y funcionamiento del cerebro, según un estudio del Hospital de Niños de Boston publicado en Cerebral Cortex. La investigación, que analizó datos de neuroimagen de 3,000 adolescentes, reveló que aquellos con patrones de retraimiento social persistente presentaban diferencias estructurales en regiones cerebrales que apoyan el procesamiento social y emocional.
Impacto cerebral generalizado
Según reportó EurekAlert, el equipo dirigido por la doctora Caterina Stamoulis descubrió que los adolescentes socialmente aislados mostraban conexiones más débiles y mayor fragilidad en circuitos cerebrales que sustentan comportamientos sociales y toma de decisiones. Estas alteraciones afectaron múltiples redes cerebrales, no solo áreas dedicadas a la función social, sino también circuitos que apoyan otros procesos cognitivos.
El estudio, que utilizó datos del masivo proyecto Adolescent Brain Cognitive Development que sigue a 11,880 jóvenes en Estados Unidos, demostró que el aislamiento social puede aumentar el riesgo de problemas de salud mental al afectar regiones críticas como la ínsula y el cingulado anterior. Stamoulis explicó que aunque cierta soledad es normal en la adolescencia, los patrones persistentes merecen atención clínica.
Los investigadores ahora realizarán seguimientos cada dos años para determinar si la soledad persistente deja una huella duradera en el desarrollo cerebral y cómo la detección temprana podría mitigar estos efectos. El estudio subraya la importancia de intervenciones oportunas para proteger la salud mental adolescente.