La peor sequía en Brasil deja afluentes del Amazonas en niveles críticos y amenaza ecosistemas
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La histórica sequía que afecta a Brasil ha llevado a afluentes clave del Amazonas a mínimos récord, provocando un desastre ambiental que pone en riesgo a especies y comunidades locales.
(CNN) - Brasil atraviesa su peor sequía desde que se tiene registro, afectando casi el 60 % del país, incluidos los ríos que alimentan al Amazonas.
Esta crisis, que ya ha dejado barcos varados y está causando la muerte de delfines en peligro de extinción, ha alarmado a expertos que advierten sobre el impacto devastador en la biodiversidad y los medios de vida de las comunidades locales.
El río Negro, uno de los mayores afluentes del Amazonas, ha alcanzado niveles mínimos históricos cerca de la ciudad de Manaos.
Este descenso, que se agrava por la falta de lluvias y las altas temperaturas, expone vastas franjas del lecho del río y ha generado alertas sobre el futuro de los ecosistemas. En Tabatinga, ciudad en la frontera con Colombia y Perú, el río Solimões también ha caído a niveles sin precedentes.
Los impactos de la sequía son visibles en todo el sistema fluvial. En el lago Tefé, las aguas han disminuido drásticamente, causando escasez de agua y afectando la fauna local.
Los delfines, que ya sufrieron una alta mortalidad el año pasado por el calor extremo, están muriendo nuevamente, con un promedio de una muerte diaria en las últimas semanas, según reportes del Instituto Mamirauá para el Desarrollo Sostenible.
La sequía en Brasil, exacerbada por el fenómeno de El Niño y el calentamiento del Océano Atlántico, ha desatado incendios forestales y empeorado las condiciones en regiones como el Amazonas y el Pantanal.
Investigadores señalan que la deforestación y el cambio climático también están contribuyendo a esta crisis, impulsando temperaturas más altas y alterando los patrones de lluvia.
"Lo que estamos viviendo nunca había ocurrido antes", dijo André Guimarães, director del Instituto de Investigación Ambiental de la Amazonía. Las lluvias necesarias para revertir la situación no llegarán hasta noviembre, lo que augura un empeoramiento de las condiciones en las próximas semanas.