La peligrosa lucha por el medioambiente: Defensores en la mira de amenazas y ataques en Chile y el mundo
Chile ratificó el Acuerdo de Escazú en 2022, pero las amenazas contra defensores ambientales persisten. La región concentra el 85% de los asesinatos de activistas en todo el mundo.
La defensa del medioambiente se ha convertido en una actividad de alto riesgo. Uriel, un activista chileno que luchaba por el acceso al agua en la Convención Constitucional, fue secuestrado y agredido en 2021.
Sus atacantes lo dejaron con un mensaje claro: "no te metas con el agua". Este ataque es solo uno de muchos sufridos por defensores ambientales, quienes, a nivel mundial, enfrentan intimidaciones, violencia e incluso la muerte.
Según un informe de la ONG Global Witness, más de 2.100 defensores ambientales han sido asesinados en los últimos 12 años. En 2023, se reportaron 196 muertes de activistas, con Colombia, Brasil, México y Honduras a la cabeza.
En Chile, si bien no se registraron asesinatos, la organización Escazú Ahora reportó al menos 35 amenazas en el mismo periodo, concentradas en las regiones de Valparaíso, Los Lagos y Bío Bío.
El Acuerdo de Escazú, ratificado por Chile en 2022, busca garantizar la protección de estos defensores, estableciendo el deber del Estado de crear un entorno seguro para su labor.
Este tratado vinculante exige que se eviten ataques y amenazas contra quienes defienden los derechos humanos en materia ambiental. Aunque en abril de 2024 se implementó un protocolo específico para proteger a estos activistas, las organizaciones insisten en la necesidad de avanzar hacia una ley que ofrezca una protección robusta y efectiva.
Mientras tanto, el panorama para los defensores del medioambiente en América Latina sigue siendo desolador, ya que la región se mantiene como la más peligrosa para quienes luchan por la protección de los recursos naturales.
Para muchos, el contexto actual requiere acciones urgentes por parte de los estados, que deben asegurar que esta labor no sea un motivo de persecución ni de violencia.