La masa de roca caliente que se mueve bajo los Apalaches: Un enigma geológico revelado


Un estudio reciente vincula una misteriosa anomalía térmica bajo las Montañas Apalaches con la antigua separación de Groenlandia y Canadá, revelando cómo este movimiento geológico milenario continúa moldeando el paisaje terrestre.
Una inmensa masa de roca caliente, oculta bajo las Montañas Apalaches en el noreste de Estados Unidos, ha sido identificada como el resultado de un evento tectónico trascendental: la separación de Groenlandia y Canadá hace aproximadamente 80 millones de años. Este hallazgo, presentado por un equipo internacional de investigadores, redefine la comprensión actual sobre la geología de la región, desafiando la creencia previa que atribuía su origen a la ruptura entre los continentes norteamericano y africano, ocurrida hace unos 180 millones de años.
La investigación, publicada en la revista Geology, empleó una combinación de datos existentes y modelos computacionales para vincular esta anomalía térmica con una formación geológica específica en el Mar de Labrador, datada entre 85 y 80 millones de años atrás.
La Anomalía de los Apalaches del Norte (NAA), una masa de roca caliente de 350 kilómetros de ancho, se desplaza a un ritmo pausado de 20 kilómetros por cada millón de años. Según el científico de la Tierra Thomas Gernon, de la Universidad de Southampton, esta surgencia térmica siempre representó una característica enigmática en la geología norteamericana.
"Yace bajo una parte del continente que permaneció tectónicamente tranquila durante 180 millones de años, por lo que la idea de que era solo un remanente de la separación de la masa terrestre nunca encajó del todo", explicó Gernon, según reportó Science Alert. Este nuevo estudio sugiere que la NAA es un factor crucial en la persistencia de los Apalaches, ya que el calor contribuye a mantener la corteza continental boyante, lo que favorece la elevación continua de las montañas a lo largo del tiempo.
La teoría de la 'ola del manto' y sus implicaciones
La investigación se fundamenta en trabajos previos de algunos de los mismos científicos, conocida como la teoría de la 'ola del manto'. Esta postula que las masas de roca caliente ascienden de manera similar a una lámpara de lava cuando los continentes se separan, desencadenando diversos fenómenos geológicos como erupciones volcánicas y la formación de cadenas montañosas. El geofísico Sascha Brune, del Centro Helmholtz GFZ de Geociencias en Alemania, señaló que "nuestra investigación anterior demuestra que estas gotas de roca pueden formarse en serie, como fichas de dominó que caen una tras otra, y migrar secuencialmente con el tiempo".
Los investigadores creen que la característica observada bajo Nueva Inglaterra es una de estas gotas, originada lejos de su ubicación actual. Un análisis más detallado de esta roca caliente confirmará sus orígenes, y las mismas teorías y técnicas podrían aplicarse para identificar otras características geológicas similares. De hecho, ya se sospecha la existencia de un 'espejo' de la NAA bajo el centro-norte de Groenlandia, también con origen en el Mar de Labrador.
Derek Keir, geofísico de la Universidad de Southampton, enfatizó la magnitud de este descubrimiento: "La idea de que la ruptura de continentes puede causar gotas y células de roca caliente circulante en profundidad que se extienden miles de kilómetros tierra adentro nos obliga a reconsiderar lo que sabemos sobre los bordes de los continentes, tanto en la actualidad como en el pasado remoto de la Tierra". Este estudio no solo arroja luz sobre un misterio geológico de larga data, sino que también abre nuevas perspectivas para comprender la dinámica profunda de nuestro planeta.