La Luna bombardea a la Tierra: Científicos descubren que el 22% de los escombros lunares caen a nuestro planeta


Un innovador estudio con simulaciones computacionales reveló que casi una cuarta parte del material expulsado por impactos en la Luna termina en la Tierra, concentrándose cerca del ecuador.
Los cráteres lunares guardaban un secreto cósmico: cada impacto importante envía fragmentos directamente a la Tierra, según una investigación publicada en The Planetary Science Journal. El equipo de Jose Daniel Castro-Cisneros utilizó el sistema REBOUND para simular durante 100.000 años cómo el 22,6% de los escombros lunares cruzan el espacio y golpean nuestro planeta, con la mitad llegando en solo 10.000 años.
Patrones inesperados en el "bombardeo lunar"
Las simulaciones mostraron que los impactos ocurren a velocidades entre 11 y 13 km/s, con una distribución sorprendente: 24% menos fragmentos alcanzan los polos terrestres en comparación con la región ecuatorial. Los investigadores también descubrieron que el material del lado oculto de la Luna tiene mayor probabilidad de llegar a la Tierra que el de la cara visible.
"Estos datos explican por qué objetos como Kamo'oalewa podrían ser fragmentos lunares", señaló Castro-Cisneros, según reportó Universe Today. El asteroide cercano a la Tierra, de hasta 100 metros de diámetro, comparte características con muestras lunares traídas por las misiones Apolo.
Un reloj cósmico para datar impactos
El estudio reveló que la tasa de colisiones sigue una ley de potencias en el tiempo, independiente del tamaño de las partículas. Este hallazgo permite a los científicos reconstruir la cronología de impactos en la Tierra y comprender mejor eventos clave en la evolución geológica y biológica de nuestro planeta.
Los investigadores destacaron que este flujo constante de material lunar enriquece el registro geológico terrestre y podría contener pistas sobre la formación del Sistema Solar. Las simulaciones también ayudarán a identificar otros posibles "fugitivos lunares" entre los objetos cercanos a la Tierra, abriendo nuevas líneas de investigación en astronomía planetaria.