La contaminación del aire reduce la capacidad de concentración y el reconocimiento emocional, según estudio

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José Ferrada 06-02-2025

Una investigación revela que la exposición a corto plazo a altos niveles de contaminación afecta la atención selectiva y la percepción de emociones, con implicaciones sociales y económicas.


La exposición a la contaminación del aire, incluso por períodos cortos, afecta la capacidad de concentración y el reconocimiento emocional, según un estudio publicado en la revista Nature Communications. Investigadores de la Universidad de Birmingham analizaron a 26 participantes expuestos a altos niveles de material particulado (PM), encontrando que la contaminación reduce la atención selectiva y dificulta la identificación de emociones en otras personas.


“Los participantes expuestos a la contaminación no fueron tan buenos evitando información distractora,” explicó el Dr. Thomas Faherty, coautor del estudio, a The Guardian“En la vida diaria, esto podría traducirse en dificultades para concentrarse en tareas específicas, como hacer compras en el supermercado, donde podrías ser más propenso a compras impulsivas”.


Impacto en la cognición y las emociones


El estudio también reveló que la contaminación del aire afecta la capacidad de reconocer emociones como el miedo o la felicidad en los rostros de otras personas“Esto podría influir en cómo nos comportamos socialmente,” agregó Faherty. “Existen estudios que vinculan la contaminación a corto plazo con incidentes de violencia, lo que sugiere una posible conexión con problemas en la regulación emocional”.


Sin embargo, los investigadores no encontraron efectos significativos en la memoria de trabajo, lo que indica que algunas funciones cerebrales son más resistentes a la contaminación a corto plazo.


Implicaciones para la salud pública


La contaminación del aire es uno de los mayores riesgos ambientales para la salud global, causando 4.2 millones de muertes prematuras al año, según la Organización Mundial de la Salud. Este estudio sugiere que la contaminación no solo afecta la salud física, sino también la cognitiva y emocional, con posibles repercusiones en el rendimiento educativo y la productividad laboral.


“Aunque el estudio se realizó en adultos sanos, ciertos grupos podrían ser más vulnerables a estos efectos,” advirtió Faherty.


Hacia políticas más efectivas


El estudio forma parte de un proyecto más amplio que investiga cómo diferentes fuentes de contaminación, como emisiones de cocina, quema de madera y gases de escape, afectan la cognición“Si descubrimos que los productos de limpieza son una fuente clave, podríamos impulsar políticas para abordar el problema desde su origen,” explicó Faherty.


Estos hallazgos subrayan la necesidad de medidas urgentes para reducir la contaminación del aire, no solo por sus efectos en la salud física, sino también por su impacto en la capacidad cognitiva y el bienestar emocional de las personas.