La composición del magma determina la intensidad de los temblores volcánicos, revela nuevo estudio
Un análisis pionero de cenizas del Cumbre Vieja revela una correlación entre el contenido de sílice en el magma y la intensidad del temblor volcánico, ofreciendo herramientas prometedoras para el monitoreo de riesgos.
Un nuevo estudio publicado en Nature Geoscience sugiere que la composición química del magma desempeña un papel clave en los temblores volcánicos durante las erupciones. Basado en el análisis de cenizas del volcán Cumbre Vieja, en las Islas Canarias, este hallazgo abre la puerta a nuevas estrategias de monitoreo desde la superficie.
Según Samantha Tramontano, coautora del estudio, estos avances podrían mejorar la evaluación de riesgos volcánicos al prever el estilo y la duración de las erupciones.
Un monitoreo único del Cumbre Vieja
La investigación se centró en la erupción del Cumbre Vieja en septiembre de 2021, que duró 85 días y provocó la evacuación de miles de personas, destruyendo viviendas y tierras de cultivo. Durante la actividad volcánica, los científicos recolectaron muestras diarias de cenizas con ayuda de equipos locales. Estas cenizas, analizadas con tecnología avanzada en el Museo Americano de Historia Natural, permitieron crear una serie temporal inédita de la composición del magma.
Relación entre el magma y los temblores
El análisis reveló variaciones en el contenido de sílice del magma, un compuesto que lo hace más viscoso y asociado a erupciones más explosivas. Los datos mostraron que un magma más viscoso intensifica el temblor volcánico, un fenómeno causado por el movimiento de líquidos y gases bajo la superficie. Este hallazgo podría ayudar a anticipar cambios en la actividad eruptiva, aunque los investigadores advierten que se requiere más estudio para confirmar el mecanismo.
Nuevas herramientas para la gestión de crisis
Los resultados destacan el potencial de combinar análisis químicos de cenizas con datos geofísicos para mejorar los pronósticos. “Con una planificación cuidadosa y tecnologías avanzadas, podríamos realizar análisis rápidos en el lugar, mejorando la capacidad de respuesta durante crisis volcánicas”, señaló Marc-Antoine Longpré, coautor del estudio.