La Ciudad Perdida: El misterioso ecosistema submarino que podría revelar el origen de la vida


Descubierto en el 2000 a 700 metros de profundidad, este campo hidrotermal único alberga torres de carbonato de 60 metros y comunidades microbianas que desafían nuestro entendimiento de la biología.
En las profundidades del Atlántico, a 700 metros bajo la superficie, se extiende un paisaje alienígena de torres de carbonato que los científicos bautizaron como la Ciudad Perdida. Descubierto en el año 2000, este ecosistema hidrotermal lleva al menos 120,000 años activo, convirtiéndose en el ambiente de ventilación más antiguo conocido en los océanos.
Sus chimeneas, que alcanzan hasta 60 metros de altura, expulsan gases ricos en hidrógeno y metano que sostienen comunidades microbianas únicas, sin necesidad de oxígeno ni luz solar.
Un laboratorio natural para entender el origen de la vida
La Ciudad Perdida difiere radicalmente de los fumadores negros volcánicos. Mientras estos últimos dependen del calor del magma, las torres de carbonato de la Ciudad Perdida generan hasta 100 veces más hidrógeno y metano a través de reacciones químicas entre el manto terrestre y el agua marina.
En 2024, científicos extrajeron un núcleo de roca récord de 1,268 metros que podría contener pistas sobre cómo surgió la vida en la Tierra y si procesos similares podrían ocurrir en lunas como Encélado o Europa.
Según reportó Science Alert, el microbiólogo William Brazelton destacó que este ecosistema "ofrece un modelo para buscar vida extraterrestre". Sin embargo, su futuro pende de un hilo: en 2018, Polonia obtuvo derechos para explotar minerales en la zona circundante.
Expertos advierten que la minería podría destruir este frágil equilibrio, por lo que exigen su declaración como Patrimonio de la Humanidad. Mientras tanto, la Ciudad Perdida sigue siendo un recordatorio de la resiliencia de la vida en condiciones extremas —y de nuestra capacidad para ponerla en peligro.