La ciencia del perdón: Qué hace que una disculpa funcione y qué palabras la arruinan


Expertos en comportamiento humano revelan los elementos clave para pedir perdón de forma efectiva y cómo evitar los errores que profundizan los conflictos.
Pedir perdón correctamente puede reparar relaciones e incluso fortalecerlas, pero la mayoría falla en el intento. Según Marjorie Ingall y Susan McCarthy, autoras de Sorry, Sorry, Sorry, frases como "no fue mi intención" o "lamento que lo hayas malinterpretado" convierten una disculpa en un ejercicio de autojustificación.
Su investigación de una década en el blog SorryWatch identificó que las peores disculpas usan condicionales ("si te ofendí") o trasladan la culpa ("obviamente no quise decir eso").
Por qué nos cuesta tanto decir "lo siento"
La psicóloga Karina Schumann (Universidad de Pittsburgh) explica que reconocer un error amenaza nuestra autoimagen. "Queremos vernos como personas competentes y morales", señala. Además, la ambigüedad en los conflictos —donde ambas partes suelen tener responsabilidad— dificulta asumir la culpa completa. Quienes reciben disculpas ambiguas intensifican su dolor al cuestionar "¿me quiso herir?", lo que exige claridad en el arrepentimiento.
Elementos de una disculpa efectiva
Schumann destaca ocho componentes adaptables, donde decir "lo siento" explícitamente es indispensable. "Sin esas palabras, muchos no lo registran como disculpa", advierte.
Otros pasos clave incluyen reconocer el daño específico ("entiendo que romper tu confianza te dolió") y evitar el "pero", que se percibe como excusa. Las reparaciones tangibles —desde flores hasta actos de servicio— refuerzan la sinceridad, según afirmó Ingall para The Guardian.
Un estudio de la Universidad de Cambridge reveló que disculpas con palabras más largas (como "sinceramente arrepentido" en lugar de "lo siento") se perciben como más genuinas, pues implican mayor esfuerzo cognitivo.
Diferencias de género y el poder de la vulnerabilidad
Contrario a estereotipos, las mujeres no se disculpan más por empatía, sino porque detectan antes las transgresiones, según Schumann. Su investigación con parejas mostró que solo el 35% coincide en qué situaciones merecen una disculpa, lo que subraya la necesidad de comunicación explícita.
Ingall enfatiza que las mejores disculpas requieren vulnerabilidad: "Es admitir que fallaste, pero también demuestra cuánto valoras la relación". Incluso cuando no hay arrepentimiento total, disculparse puede ser necesario "si prefieres el vínculo a tener razón".