Investigación de la U. Autónoma crea plantas de uva resistentes a hongos para hacer vinos más sustentables y con menos químicos

Futuro 360 30-06-2025

Frente a este escenario, un equipo de científicos de la Universidad Autónoma de Chile -liderados por el Dr. Patricio Arce- trabaja en una solución concreta: el desarrollo de vides (planta de la que se obtiene la uva) resistentes a este hongo, que permitirán reducir el uso de pesticidas sin sacrificar la calidad del vino. 



Cada año, el oídio, uno de los hongos más agresivos que afectan a los viñedos en el mundo, genera gastos estimados en más de 50 millones de dólares a la industria vitivinícola chilena. El control de esta enfermedad requiere una alta carga de fungicidas, lo que eleva los costos de producción y afecta los estándares de sostenibilidad exigidos por los mercados. 


Frente a este escenario, un equipo de científicos de la Universidad Autónoma de Chile -liderados por el Dr. Patricio Arce- trabaja en una solución concreta: el desarrollo de vides (planta de la que se obtiene la uva) resistentes a este hongo, que permitirán reducir el uso de pesticidas sin sacrificar la calidad del vino. 


“Ya tenemos las plantas de vides resistentes. Hemos hecho un convenio entre la Universidad y la Viña Concha y Toro para que podamos aprovechar su expertise en la propagación, masificación y evaluación de los vinos. Y esto es clave, porque ellos son un partner distinto a la Universidad y van a ser más objetivos, nos va a decir cuáles de todas las plantas que hemos generado son resistentes y tiene potencial comercial.” explica Patricio Arce, director del proyecto. 


Este trabajo, financiado por ANID a través de un FONDEF IT, surge como respuesta a una necesidad urgente: reducir en un 50% la aplicación de fungicidas en los cultivos, una meta nacional e internacional difícil de alcanzar con las técnicas tradicionales. 

“El objetivo final es permitir que Chile cumpla con estas normativas. Y no solo eso: que lo haga con vinos de calidad, respaldados por una viña reconocida mundialmente”, agrega Arce. 


Aunque el trabajo comenzó formalmente hace tres años en la Universidad Autónoma, el origen de la iniciativa se remonta a más de una década y media de investigación acumulada. Hoy, el proceso se encuentra en una fase avanzada que permite pensar en una producción comercial de vino a partir de estas nuevas vides hacia 2027. 


“Vamos a registrar cinco nuevas variedades este año con la Universidad. Y esperamos que en el 2027 tengamos la primera producción comercial de vinos, me imagino que será para mercado interno y espero que en cuatro años más aproximadamente, tengamos entre 400 a 500 hectáreas de viñedos en producción”, afirma el investigador. 


Más allá del logro científico, Arce destaca el valor que tiene la colaboración con una empresa de prestigio como Concha y Toro, que ha ofrecido apoyo técnico, económico y logístico al proyecto. “Es una viña que entiende la ciencia, que valora el conocimiento. Cuando vieron el trabajo que teníamos conversamos y desarrollamos un proyecto conjunto.  Su centro de innovación es distinto a lo que se ve en la industria y a futuro serán los responsables de la comercialización de estos vinos”, concluyó.