Restos humanos hallados en Atacama revelan una historia de violencia entre los primeros agricultores del desierto

Futuro 360 31-08-2021
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Los investigadores, liderados por Vivien Standen de la Universidad de Tarapacá, llegaron a esta conclusión tras analizar los restos de 194 adultos enterrados en antiguos cementerios del Valle de Azapa.


Una nueva investigación reveló que, alrededor del año 1000 d.C., una violencia letal surgió en el desierto de Atacama y se mantuvo durante siglos. Esto ocurrió cuando los cazadores-recolectores de la costa se asentaron en el interior del desierto para empezar a cultivar.

Los especialistas llegaron a esta conclusión luego de analizar los restos de 194 adultos enterrados en antiguos cementerios del Valle de Azapa. Los vestigios, que tienen entre 3 mil y 1,400 años de antigüedad, se encuentran en perfecto estado de conservación gracias a la aridez del desierto.

El equipo de investigadores, liderados por Vivien Standen de la Universidad de Tarapacá, descubrió que las víctimas tenían fracturas de costillas, clavículas rotas, mutilación facial y heridas punzantes en pulmones, ingle y columna. Cerca de la mitad de las lesiones habrían sido fatales.

“Los esqueletos y tejidos blandos presentaron la evidencia más directa de violencia. Aproximadamente el 21% de las personas adultas, en particular los hombres, mostraron un trauma compatible con la violencia interpersonal, y el 50% del trauma resultó fatal”, escribieron los autores en su estudio.

En el informe publicado en la revista Journal of Anthropological Archaeology, se detalla que “los cambios socioculturales neolíticos” fueron una de las causantes del aumento de la violencia. Las limitaciones ecológicas del lugar habrían propiciado aún más este tipo de comportamiento violento.

“Alejarse de la costa fértil significaba enfrentarse a paisajes áridos sin agua ni recursos para la subsistencia (…) Este nuevo marco sociocultural y el uso de la tierra podrían haber desencadenado tensiones sociales, conflictos y violencia entre los grupos que invertían en un estilo de vida hortícola”, escribieron los autores.