En la última década se redujo en 7,7 millones la cantidad de personas analfabetas de América Latina
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El reporte identifica los desafíos que enfrenta la región y las áreas que requieren atención urgente por parte de los países para alcanzar los objetivos trazados por el Objetivo de Desarrollo Sostenible 4 (ODS4) que consiste en “garantizar una educación inclusiva, equitativa y de calidad y promover oportunidades de aprendizaje durante toda la vida para todos’ y tiene siete metas y tres medios de ejecución”.
Las dificultades económicas y los devastadores efectos de la pandemia de la COVID-19 contribuyeron a la desaceleración y el estancamiento en el avance de los logros educativos entre 2015 y 2021 respecto a las metas del ODS4 de la Agenda de Educación 2030. Así lo reveló el informe La encrucijada de la educación en América Latina y el Caribe. Informe regional de monitoreo ODS4-Educación 2030.
El reporte, desarrollado a través de la colaboración de la Oficina Regional de Educación para América Latina y el Caribe (OREALC/UNESCO Santiago), la Oficina Regional de UNICEF para América Latina y el Caribe (UNICEF LACRO) y la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL), identifica los desafíos que enfrenta la región y las áreas que requieren atención urgente por parte de los países para alcanzar los objetivos trazados por el ODS4.
La publicación sintetiza en cinco grandes tendencias regionales. Las primeras dos destacan aspectos positivos en la evolución de algunos indicadores relevantes de la educación.
El ciclo de 2015 a 2021
La primera tendencia expresa la continuidad en el crecimiento generalizado del nivel educativo de la población, que se reconoce en el incremento de los niveles de alfabetización de los adultos y en el máximo nivel educativo alcanzado por la población, indicadores que llevan décadas de avance sostenido. Por ejemplo, en los últimos diez años la cantidad de analfabetos se redujo en 7,7 millones, aunque en las zonas rurales el 12,8% de la población joven y adulta es aún analfabeta.
La segunda tendencia indica una mejora más reciente en ciertos indicadores educativos, combinada con una reducción de las desigualdades. Destaca el incremento del acceso al nivel preprimario, más marcado en los sectores rurales y en el quintil de la población con menores ingresos. También mejoró la finalización de la educación secundaria, en especial en la población más vulnerable.
Por otra parte, la proporción de estudiantes con edades mayores a la esperadas en el nivel primario disminuyó del 14,4% al 7,8% entre 2000 y 2020, mientras que en la educación secundaria baja cayó del 18,0% al 13,0% entre 2010 y 2020.
Las siguientes tres tendencias muestran señales de alerta sobre la evolución de los indicadores de la educación. Es el caso de la tercera tendencia, que evidencia una desaceleración de la mejora de ciertos indicadores que venían progresando en las últimas décadas.
Por ejemplo, entre los años 2015 y 2020 la tasa de finalización de la educación secundaria (enseñanza media en el caso de Chile) se incrementó en 1,9 puntos porcentuales para el primer ciclo de secundaria y 2,1 para el segundo ciclo, mientras que en el periodo 2010-2015 estos valores eran de 6,1 y 6,0 respectivamente.
La cuarta tendencia indica un preocupante estancamiento en indicadores clave de acceso a la educación primaria, secundaria y en las evaluaciones de la calidad de los aprendizajes. El porcentaje de la población fuera de la escuela en educación primaria y secundaria prácticamente no se ha modificado durante el periodo.
“Se estima que en 2019, 10,4 millones de niños, niñas y jóvenes se encontraban excluidos del acceso a la educación primaria y secundaria en América Latina y el Caribe, y estas cifras son anteriores a la pandemia, cuyos efectos agregan mayor fragilidad a las trayectorias que garantizan la permanencia en el sistema educativo”, señaló Alberto Arenas de Mesa, director de la División de Desarrollo Social de la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL).
La quinta tendencia indica el aumento de ciertas brechas específicas en el nivel terciario. Pese a que entre 2015 y 2020 continuó el ciclo expansivo de la educación terciaria, que en los últimos veinte años logró incorporar a 17 millones de estudiantes, esta expansión se presenta de forma desigual. Por ejemplo, el acceso a la educación terciaria en el sector rural aumentó muy levemente entre 2015 y 2020.
Las diferencias de acceso entre hombres y mujeres se han acrecentado: si en el año 2000 la tasa bruta de matrícula en educación superior para ambos grupos se situaba entre el 21% y 25%, para 2020 la diferencia se amplió, con un 61,7% para las mujeres y un 46,8% para los hombres. También ha aumentado la brecha de acceso por nivel socioeconómico. En los años recientes la educación terciaria ha favorecido casi exclusivamente a sectores medios y altos.
La Cumbre sobre la Transformación de la Educación , que tendrá lugar el 19 de septiembre de 2022 en la sede de Naciones Unidas en Nueva York, proporcionará un espacio global de continuidad para realizar un balance de los esfuerzos necesarios para recuperar las pérdidas de aprendizaje relacionadas con la pandemia, reimaginar los sistemas educativos para el mundo de hoy y del mañana, y para revitalizar los esfuerzos nacionales y mundiales para alcanzar el ODS 4.