Hallan en ámbar los "hongos de Last of Us" más antiguos: Controlaban insectos hace 99 millones de años


Científicos descubrieron dos especies fósiles de hongos parásitos que manipulaban hormigas y moscas en el Cretácico, revelando un antiguo fenómeno que inspiró la serie The Last of Us.
(CNN) - Un equipo internacional de investigadores identificó los primeros casos conocidos de "hongos zombis" en el registro fósil, preservados en ámbar birmano de 99 millones de años. Los especímenes mostraban a una mosca y una hormiga juvenil con cuerpos fructíferos de hongos emergiendo de sus cabezas, evidencia de que estos parásitos ya controlaban el comportamiento de sus huéspedes durante la era de los dinosaurios. El estudio se publicó en Proceedings of the Royal Society B.
"Estos fósiles demuestran que las relaciones parásitas en ecosistemas terrestres eran complejas desde el Cretácico", explicó Yuhui Zhuang, autor principal de la investigación. Las tomografías 3D revelaron dos nuevas especies del género Ophiocordyceps: P. gerontoformicae en la hormiga y P. ironomyiae en la mosca.
Mecanismos de control ancestrales
Los hongos modernos de este grupo son famosos por manipular a las hormigas carpinteras, obligándolas a morder plantas antes de morir para dispersar esporas. "El fósil sugiere que estos hongos usaban estrategias similares hace millones de años", señaló Conrad Labandeira del Smithsonian, aunque destacó que las moscas infectadas son extremadamente raras hoy.
João Araújo, coautor del estudio, explicó que los insectos probablemente murieron por la infección antes de quedar atrapados en resina. El hallazgo es excepcional: entre decenas de miles de piezas de ámbar analizadas, solo unas pocas preservan interacciones parásito-huésped.
Implicaciones éticas y científicas
El ámbar procede de Myanmar, donde su extracción genera controversia por vínculos con conflictos armados. Los autores aclararon que las muestras se adquirieron antes de 2017 y no financiaron violencia.
Para Phil Barden, experto en ámbar no vinculado al estudio, estos fósiles "muestran que las rarezas ecológicas actuales tienen profundas raíces evolutivas". Edmund Jarzembowski, coautor, destacó que el descubrimiento "ilustra la continuidad de estrategias parasitarias a lo largo de la historia terrestre".