Genética y microbioma explican la longevidad de María Branyas, la persona más vieja del mundo


Un estudio revela que las células de Branyas, quien vivió 117 años, se comportaban como si fueran 17 años más jóvenes, gracias a su genética privilegiada y un microbioma similar al de un bebé.
María Branyas Morera, la persona más longeva del mundo antes de fallecer en agosto de 2023 a los 117 años, atribuyó su longevidad a “suerte y buena genética”. Un estudio liderado por el genetista Manel Esteller de la Universidad de Barcelona confirmó que Branyas tenía razón. Su genoma privilegiado y un microbioma intestinal similar al de un bebé permitieron que sus células se comportaran como si fueran 17 años más jóvenes.
Branyas, quien mantuvo su lucidez hasta casi el final de su vida, enfrentó problemas de salud menores, como dolor articular y pérdida auditiva. El estudio, publicado en marzo, es el análisis más completo realizado sobre un supercentenario —personas que viven más de 110 años— y ofrece claves para entender la longevidad extrema.
Hábitos saludables y conexión social
Además de su genética, Branyas adoptó hábitos que potenciaron su salud. Siguió una dieta mediterránea, consumió tres yogures diarios, evitó el alcohol y el tabaco, disfrutó de paseos y se rodeó de familiares y seres queridos. “El orden, la tranquilidad y la conexión con la naturaleza fueron clave en su vida”, destacó Branyas en una entrevista con Guinness World Records.
El estudio también desafía la idea de que el envejecimiento y las enfermedades están inevitablemente ligados. “Branyas demostró que es posible envejecer sin sufrir enfermedades graves”, explicó Esteller.
Una vida marcada por la historia
Nacida en San Francisco en 1907, Branyas vivió eventos históricos como la gripe española, la Segunda Guerra Mundial y la pandemia de Covid-19, que superó de manera asintomática. Fue reconocida como la persona más vieja del mundo en enero de 2023, tras la muerte de la francesa Lucile Randon.
Branyas falleció en Olot, España, donde vivió sus últimos 20 años. Su legado no solo es un récord, sino también una fuente de inspiración para la ciencia. “Su caso abre nuevas vías para entender y tratar enfermedades relacionadas con la edad”, concluyó Esteller.
Actualmente, la persona más longeva del mundo es Inah Canabarro Lucas de Brasil, con 116 años.