Experta en nutrición desmonta los mitos más persistentes sobre la pérdida de peso: Todo lo que necesitas saber


Rachel Woods de la Universidad de Lincoln revela que la biología, genética y factores socioeconómicos influyen más que la fuerza de voluntad en el control del peso.
La pérdida de peso enfrenta un enfoque social equivocado que prioriza la responsabilidad personal sobre los factores científicos, según un análisis de la profesora Rachel Woods de la Universidad de Lincoln. La especialista, con 15 años de experiencia en nutrición, demostró que "el peso está moldeado por una mezcla compleja de genética, biología, entorno y factores socioeconómicos".
Mitología versus evidencia científica
La investigación reveló que las políticas centradas en la responsabilidad individual fracasaron consistentemente. "Las posibilidades de que alguien con obesidad alcance y mantenga un peso corporal 'normal' son muy bajas", señaló Woods. Esto se debe a la adaptación metabólica, un mecanismo biológico que ralentiza el metabolismo y aumenta las hormonas del hambre durante la pérdida de peso.
El estudio desmitificó creencias populares: las calorías no impactan igual al organismo –un hueco cocido y una galleta con similar contenido calórico producen respuestas metabólicas diferentes– y el ejercicio, aunque beneficioso para la salud, "no necesariamente [sirve] para perder peso" debido a compensaciones energéticas automáticas del cuerpo.
Woods enfatizó que "mejorar la dieta y ser más activo puede mejorar significativamente los marcadores de salud incluso si tu peso se mantiene igual". El acceso limitado a alimentos saludables, la falta de espacios seguros para ejercicio y el estrés crónico –más comunes en áreas desfavorecidas– crean barreras estructurales que superan la fuerza de voluntad individual.
La especialista concluyó que el estigma social sobre el peso perjudica más de lo que ayuda, aumentando el estrés y reduciendo la autoestima de las personas. El camino hacia la salud, afirmó, requiere abandonar la obsesión con la balanza y centrarse en comportamientos sostenibles y bienestar integral.
Escrito con información de Rachel Woods para The Conversation.