Estudio afirma que los chilenos consumen 3 veces más bebidas azucaradas que el resto del mundo

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José Ferrada 23-07-2025

Un nuevo estudio revela que Chile triplica el promedio mundial en ingesta de bebidas azucaradas, mientras el acceso a agua potable segura se convierte en un privilegio costoso para las familias.


En un escenario donde la salud pública y la economía familiar enfrentan desafíos crecientes, las cifras recientes sobre el consumo de líquidos en Chile resultaron preocupantes. Aunque la última década mostró un aumento en el consumo per cápita de agua, reflejo de una mayor conciencia sobre la hidratación, esta tendencia positiva convivió con otra más alarmante: el consumo de bebidas azucaradas triplicó el promedio mundial. Esta dualidad puso de manifiesto una compleja problemática que afecta directamente el bienestar de la población y su presupuesto.


El impacto en la salud pública chilena era considerable. Según datos de la Universidad de Harvard, las bebidas azucaradas causaban 180.000 muertes anuales a nivel global. En Chile, un estudio de Circulation vinculó directamente 459 muertes anuales al consumo de estas bebidas, identificando como principales causas enfermedades cardiovasculares, diabetes y algunos tipos de cáncer. Además, investigaciones recientes señalaron que tanto las versiones endulzadas artificialmente como las que contenían azúcar agregada se asociaban a un aumento del riesgo de fibrilación auricular, una arritmia cardíaca grave. Estos datos subrayaron la urgencia de abordar el problema desde una perspectiva de salud pública.


El costo económico y la solución emergente


A la problemática de salud se sumó un impacto económico significativo para las familias chilenas. La VII Encuesta de Presupuestos Familiares del INE reveló que los hogares destinaban el 10,38% de sus ingresos exclusivamente a bebidas y jugos, una cifra que mostró un ascenso constante. Claudio Brinkmann, cofundador y CEO de Maihue, afirmó que “el consumo de bebidas en lugar de agua no solo es perjudicial por su contenido de azúcar, también representa una carga económica grave para muchas familias”.


Por otro lado, un estudio del Instituto de la Universidad de las Naciones Unidas sobre el consumo de agua embotellada evidenció que este recurso esencial se vendía hasta mil veces más caro que su valor real. La situación se agravó al considerar que solo el 11% del agua utilizada en el país se destinaba al consumo humano, según información de la Dirección General de Aguas. El exceso de sedimentos en la red pública en diversas comunas, como Colina, Ñuñoa y Santiago Centro, generó desconfianza entre los consumidores, a pesar de que los niveles de partículas no impedían la potabilidad.


En un momento donde el consumo de bebidas azucaradas y agua embotellada se disparó, el cambio hacia una cultura hídrica más justa, sana y accesible resultó urgentemente necesario. El agua purificada debía dejar de ser un lujo y convertirse en un derecho al alcance de todos.