Astrofísico dice que el agujero negro supermasivo de nuestra galaxia podría tener un “amigo”

El académico de la Universidad de California Los Angeles detalló que el agujero negro supermasivo presente en el corazón de nuestra galaxia, en realidad podía tener la presencia de un amigo, un pequeño agujero negro llamada SO-2.
Tener amigos no es algo excluyente de los seres humanos. Ya sabemos que la amistad también se da en los animales… pero ¿en agujeros negros supermasivos? Eso sí que es una teoría un poco excéntrica.
¿Cómo y con quién se generaría esta amistad?
La ciencia nos ha detallado que la mayoría de las galaxias giran en torno a un agujero negro supermasivo. Por ejemplo, nuestra galaxia lo hace alrededor de Sgr. A*. Sin embargo, una nueva teoría detalla que no estamos orbitando solo uno, sino que dos agujeros negros, los cuales pueden estar en una formación similar a los sistemas estelares binarios.
El astrofísico de la Universidad de California Los Ángeles (UCLA), en Estados Unidos, Smadar Naoz, indicó en un artículo publicado en The Conversation que el concepto predominante tras la formación de galaxia responde de la siguiente manera:
Casi a los 100 millones de años posteriores a la existencia del universo -momento en que las primeras estrellas comenzaron a morir-, se provocó la creación de los primeros agujeros negros. Al poseer un tiro gravitacional denso, esto se convirtió en el centro de las galaxias “modernas” -como nuestro hogar-.
Esto también generó que su evolución, colisión y fusión provocara la creación de los agujeros negros supermasivos, unos muchos más densos que nuestro Sol.
Entonces, ¿en qué momento llega este “amigo”?
El equipo cree que justo en el corazón de nuestra galaxia, orbita cada 16 años una estrella llamada SO-2. Esto podría significar que en vez de crear un agujero negro, las fusiones podrían haber creado dos -uno superlativo y otro más pequeño- que orbitan en el centro de una galaxia.
“Pero eso no significa que un agujero negro compañero más pequeño todavía no pueda esconderse allí. Es posible que el amigo más pequeño de Sgr A* no altere la órbita del SO-2 de una manera que podamos medir fácilmente”, indicó Naoz en un comunicado de la UCLA.