El Tiranosaurio rex llegó a América desde Asia cruzando el estrecho de Bering, revela estudio


Nuevas evidencias sugieren que los ancestros del depredador prehistórico migraron desde territorio asiático hace 70 millones de años, aprovechando un puente terrestre y condiciones climáticas favorables.
(CNN) - Un equipo de paleontólogos del University College London determinó que el Tyrannosaurus rex desciende de dinosaurios carnívoros que cruzaron desde Asia a América del Norte a través del estrecho de Bering. La investigación, publicada en Royal Society Open Science, utilizó modelos matemáticos para reconstruir esta migración ocurrida hace 70 millones de años, cuando la zona era un bosque templado similar al actual Canadá.
Claves de una migración épica
El estudio liderado por Cassius Morrison confirmó que el T. rex compartía mayor parentesco con el Tarbosaurus asiático que con depredadores locales como el Daspletosaurus. "Los tiranosáuridos eran escasos como todos los superdepredadores, por eso sus fósiles son raros", explicó el investigador. Los modelos computacionales, que incorporaron datos climáticos y evolutivos, también señalaron que podrían descubrirse nuevos fósiles de esta línea en Asia.
El análisis reveló un dato sorprendente: los tiranosaurios alcanzaron su tamaño colosal (hasta 9 toneladas) durante un periodo de enfriamiento global, posiblemente gracias a adaptaciones como plumas o metabolismo avanzado. "Crecieron para llenar el vacío dejado por los carcharodontosáuridos, que se extinguieron 20 millones de años antes", señaló Charlie Scherer, coautor del estudio.
Un reinado con ayuda climática
Steve Brusatte, paleontólogo de la Universidad de Edimburgo (no involucrado en la investigación), destacó que el trabajo demostró cómo el clima frío favoreció el gigantismo en estos depredadores. "No estaban destinados a dominar; las condiciones ambientales los ayudaron a convertirse en reyes", afirmó.
El estudio resolvió un debate científico de décadas y ofreció nuevas pistas sobre la evolución de los mayores carnívoros terrestres, cuyo legado sigue fascinando a investigadores y público. Los autores esperan que futuros hallazgos en Asia confirmen definitivamente esta teoría migratoria.