El sueño deficiente acelera el envejecimiento cerebral hasta en un año, revela estudio con 27.000 personas

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José Ferrada 02-10-2025

Una investigación del Instituto Karolinska que analizó resonancias magnéticas cerebrales mostró que la mala calidad del sueño hace que el cerebro parezca más viejo, con la inflamación como posible mecanismo responsable de este deterioro.


Un estudio pionero con más de 27.000 adultos del Reino Unido demostró que el sueño deficiente acelera visiblemente el envejecimiento cerebral, haciendo que el cerebro parezca hasta un año más viejo que la edad cronológica real. La investigación, dirigida por la neuroepidemióloga Abigail Dove del Instituto Karolinska, utilizó inteligencia artificial para analizar más de 1.000 marcadores cerebrales en resonancias magnéticas.


Los científicos crearon un "puntaje de sueño saludable" basado en cinco características: cronotipo, duración del sueño, insomnio, ronquidos y somnolencia diurna. La brecha entre la edad cerebral y la edad real aumentaba aproximadamente seis meses por cada punto que disminuía el puntaje de sueño saludable, revelando un deterioro acumulativo.


La inflamación como factor clave


El análisis identificó que los niveles elevados de inflamación explicaban aproximadamente el 10% de la relación entre sueño deficiente y envejecimiento cerebral acelerado. Los investigadores examinaron muestras sanguíneas con biomarcadores inflamatorios, confirmando que las alteraciones del sueño aumentan los niveles de inflamación que dañan vasos sanguíneos cerebrales y aceleran la muerte de células cerebrales.


El cronotipo nocturno y la duración anormal del sueño emergieron como los factores más determinantes en este envejecimiento acelerado. Las personas con perfiles de sueño deficiente mostraron cerebros que parecían significativamente más viejos, mientras que aquellas con sueño saludable no presentaron esta brecha.


Aunque un año de envejecimiento cerebral acelerado puede parecer modesto, la investigadora advirtió que "pequeñas aceleraciones pueden acumularse con el tiempo", aumentando el riesgo de deterioro cognitivo, demencia y otras condiciones neurológicas. El estudio también consideró otros mecanismos como la disfunción del sistema glinfático, responsable de eliminar desechos cerebrales durante el sueño.


La investigación ofrece esperanza al señalar que los hábitos de sueño son modificables. Estrategias como mantener horarios regulares, reducir cafeína y alcohol, y crear ambientes oscuros y silenciosos para dormir pueden mejorar la salud cerebral a largo plazo.