El oscuro origen de los gatos domésticos: Cómo los sacrificios rituales en Egipto moldearon su domesticación

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José Ferrada 28-04-2025

Nuevos estudios genéticos sugieren que la cría masiva de felinos para momificarlos en rituales religiosos seleccionó los rasgos dóciles que caracterizan a los gatos domésticos modernos.


La domesticación de los gatos pudo surgir de una práctica macabra: la cría sistemática para sacrificios rituales en el antiguo Egipto, según dos investigaciones pendientes de revisión por pares. Análisis genómicos y morfológicos refutan la teoría tradicional que vinculaba su domesticación al control de plagas en asentamientos neolíticos.


De ofrendas sagradas a mascotas


Entre los siglos IX y VII a.C., los egipcios momificaron hasta 70 millones de animales, incluidos gatos dedicados a Bastet,

diosa representada primero como leona y luego como felina. "La demanda de sacrificios impulsó la selección de ejemplares más dóciles, que luego se dispersaron por el Mediterráneo", explicó Sean Doherty, zooarqueólogo de la Universidad de Exeter, según reportó Science Alert. Su equipo comparó restos óseos de gatos monteses europeos y africanos, confirmando que los domésticos modernos descienden de los últimos.


Marco De Martino, paleogenetista de la Universidad de Roma, analizó 70 genomas antiguos y detectó dos oleadas migratorias desde África: una hacia Cerdeña en el primer milenio a.C. y otra que expandió los rasgos domesticados. "Los datos apuntan a Egipto como epicentro, no al Creciente Fértil", señaló. El gato doméstico más antiguo genéticamente confirmado fue una momia egipcia del 500 a.C.


Religión vs. utilidad


Aunque se documentaron interacciones previas —como un entierro en Chipre de 9,500 años—, estos felinos no pertenecían al linaje que originó a Felis catus. "Los cultos religiosos, no la agricultura, explicarían su dispersión", destacó De Martino, citando casos paralelos como los gamos asociados a Artemisa.


La investigación, disponible en bioRxiv, busca ahora ADN de momias egipcias para confirmar la hipótesis. De probarse, revelaría que los gatos conquistaron el mundo no como cazadores de ratones, sino como víctimas y luego beneficiarios de la devoción humana. Un origen tan enigmático como su carácter.