¿El Manto Sagrado de Turín es una obra de arte? Nuevo estudio afirma que no proviene de un cuerpo real
Un análisis en 3D sugiere que la imagen del famoso sudario podría haberse creado mediante una técnica artística en bajorrelieve, descartando que sea la impresión de un cuerpo humano.
Durante siglos, el Manto Sagrado de Turín ha generado controversia entre creyentes y científicos. Mientras algunos lo veneran como la tela que envolvió a Jesucristo, otros lo consideran una falsificación medieval. Ahora, un nuevo estudio refuerza la teoría de que su imagen no corresponde a un ser humano real, sino a una creación artística.
El investigador brasileño Cícero Moraes, especialista en reconstrucción facial histórica, analizó la figura del manto con herramientas digitales. "Las formas rígidas y rectas del cuerpo no coinciden con la anatomía humana", explicó. Según su investigación, publicada en Archaeometry, la imagen pudo crearse al frotar un lienzo sobre una escultura en bajorrelieve, técnica que explicaría sus rasgos distorsionados.
Un misterio centenario
El sudario, documentado por primera vez en Francia en 1354, muestra la silueta de un hombre con barba y heridas similares a las de la crucifixión. Aunque la Iglesia Católica no avala su autenticidad, muchos devotos lo vinculan a Jesús. Sin embargo, Moraes demostró que la tela no presenta las deformaciones naturales que dejaría un cuerpo tridimensional.
Para comprobarlo, comparó dos escenarios: una tela sobre un modelo humano en 3D y otra sobre un bajorrelieve. Solo el segundo método replicó los contornos rígidos del manto, un efecto similar al de la "Máscara de Agamenón", artefacto griego que se aplanó tras moldearse en un rostro.
¿Medieval o del siglo I?
El debate sobre su origen sigue abierto. Pruebas de carbono lo situaron en la Edad Media, pero un polémico estudio reciente lo acerca al siglo I d.C. Moraes no abordó la datación, pero su trabajo "resalta el potencial de la tecnología para resolver misterios históricos", subrayó.
Aunque la incógnita persiste, el estudio refuerza una idea: el Manto de Turín podría ser una obra maestra del arte religioso, no una reliquia milagrosa.