¿Cuál es el impacto del alcohol en la flexibilidad cognitiva y el aprendizaje?

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José Ferrada 23-12-2024

Un estudio revela cómo el consumo crónico de alcohol altera la señalización cerebral, afectando la capacidad de aprender y adaptarse a nuevos comportamientos.


El trastorno por consumo de alcohol (AUD, por sus siglas en inglés) no solo afecta órganos vitales como el corazón y el hígado, sino también la capacidad del cerebro para adaptarse a cambios y aprender nuevos comportamientos, conocida como flexibilidad cognitiva.


Investigadores del Colegio de Medicina de la Universidad Texas A&M, en un estudio publicado en Science Advances, han identificado cómo el consumo crónico de alcohol altera las interneuronas colinérgicas (CIN) en el cerebro, fundamentales para procesos de aprendizaje.


Las interneuronas y el sistema de recompensas


Estas neuronas especializadas, que liberan el neurotransmisor acetilcolina, desempeñan un papel clave en el sistema de recompensas al modular la señalización de dopamina.


Normalmente, las CIN funcionan mediante patrones de disparo de "estallido-pausa", esenciales para desaprender comportamientos antiguos y adaptarse a nuevas reglas. Sin embargo, en modelos expuestos al alcohol, este patrón se interrumpe, afectando el aprendizaje de reversión, crucial para la flexibilidad cognitiva.


Mediante herramientas avanzadas como la optogenética, los investigadores observaron que el alcohol acorta y debilita las pausas en los patrones de disparo, reduciendo la efectividad de estos procesos.


Nuevas posibilidades terapéuticas


El estudio, liderado por Zhenbo Huang y Jun Wang, destaca la importancia de estas dinámicas neuronales en condiciones más allá de la adicción, como el envejecimiento y las enfermedades neurodegenerativas.


Además, abre la puerta a posibles tratamientos dirigidos a las disfunciones cognitivas asociadas al AUD, ofreciendo esperanza para millones de personas afectadas.


“La dinámica de estallido y pausa de las CIN es crucial para la adaptabilidad del comportamiento”, enfatizó Wang, subrayando la relevancia de estos hallazgos para entender mejor el impacto del alcohol en el cerebro.