El hallazgo del Titanic: La misión secreta que revolucionó la exploración oceánica


A 40 años del descubrimiento, Bob Ballard revela cómo una operación militar encubierta de la Marina estadounidense permitió localizar el naufragio más famoso de la historia.
(CNN) - El 1 de septiembre de 1985, el oceanógrafo Bob Ballard hizo uno de los descubrimientos más importantes del siglo XX: los restos del Titanic, localizados a 3,900 metros de profundidad en el Atlántico Norte.
Este hallazgo, que cumple cuatro décadas, fue posible gracias a una misión ultrasecreta de la Marina estadounidense para investigar dos submarinos nucleares hundidos durante la Guerra Fría.
La estrategia que cambió todo
Ballard reveló que la búsqueda del Titanic sirvió como cobertura para su trabajo como oficial de inteligencia naval. "No queríamos que los soviéticos supieran dónde estaba el submarino", explicó el científico. Su ingeniosa estrategia de rastrear el campo de escombros en lugar del casco mismo —aprendida durante la inspección del USS Scorpion— fue clave para el éxito.
El equipo utilizó el Argo, un sistema de imágenes de aguas profundas desarrollado con financiamiento militar que transmitía video en tiempo real. La tecnología prototipo transformó para siempre la exploración oceánica, permitiendo el mapeo de aproximadamente 27% del fondo marino hasta la fecha.
El descubrimiento generó contribuciones científicas inesperadas, incluido el término "rusticles" —estructuras de óxido creadas por bacterias— que ingresó al Diccionario de Oxford. Ballard también defendió la preservación del sitio como "suelo sagrado", abogando por técnicas de conservación que prevengan mayor erosión.
A sus 83 años, Ballard continúa explorando con la Ocean Exploration Trust, demostrando que el océano aún guarda innumerables secretos para las futuras generaciones de científicos.