El endulcorante aspartamo podría aumentar el riesgo de enfermedades cardiacas, sugieren expertos
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Investigadores descubren un mecanismo químico que vincula el consumo de aspartamo con inflamación arterial y acumulación de placas de grasa, aunque aún se necesitan estudios en humanos.
Un nuevo estudio realizado en ratones revela que el edulcorante artificial aspartamo podría aumentar el riesgo de enfermedades cardíacas al alterar los niveles de insulina y dañar el revestimiento de las arterias. Los investigadores administraron dosis equivalentes a tres latas de refresco dietético al día durante 12 semanas y observaron niveles más altos de insulina, mayor inflamación en los vasos sanguíneos y acumulación de placas de grasa, factores clave en el desarrollo de ataques cardíacos y accidentes cerebrovasculares.
Un mecanismo clave: la molécula CX3CL1
Los científicos identificaron que el aumento de insulina activa una molécula de señalización llamada CX3CL1, que permanece adherida al revestimiento interno de los vasos sanguíneos. Según Yihai Cao, biólogo vascular del Instituto Karolinska, "esta molécula actúa como un anzuelo, atrapando células inmunitarias mientras pasan, lo que contribuye al daño cardiovascular".
Cuando se eliminaron los receptores de CX3CL1 en los ratones, se evitó la acumulación de placa en las arterias, destacando su papel central en este proceso. Este hallazgo podría abrir nuevas vías para tratamientos futuros.
Sin embargo, no todos los expertos están convencidos. Oliver Jones, químico de la Universidad RMIT, señaló en conversación con ScienceAlert, que "este estudio no prueba de manera concluyente que el aspartamo cause un aumento en el riesgo cardiovascular". En entrevista, añadió que cualquier riesgo sería probablemente menor en comparación con otros factores como una dieta alta en grasas o la falta de ejercicio.
Aunque el aspartamo es unas 200 veces más dulce que el azúcar, su sobreestimulación de los receptores podría explicar el aumento de insulina observado. James Leiper, de la Fundación Británica del Corazón, enfatizó que "es crucial realizar más investigaciones para entender si estos efectos ocurren en humanos".
Este estudio, publicado en Cell Metabolism, resalta la necesidad de comprender mejor los efectos a largo plazo de los edulcorantes artificiales, omnipresentes en la alimentación moderna. Aunque los resultados son preliminares, subrayan la importancia de moderar su consumo mientras se avanzan las investigaciones.