El cambio de hora y sus efectos en la salud: Por qué los científicos piden mantener el horario de invierno

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José Ferrada 27-03-2025

Expertos en cronobiología alertan sobre las consecuencias negativas de alterar el reloj dos veces al año y recomiendan adoptar permanentemente el horario que mejor se ajusta a nuestro ritmo biológico natural.


El próximo cambio al horario de invierno reaviva un debate que lleva años en la mesa de científicos y legisladores. Mientras el país se prepara para atrasar sus relojes, los expertos advierten que esta práctica bianual tiene efectos profundos en nuestra salud y bienestar. Luis Larrondo, doctor en Biología Celular y especialista en ritmos circadianos de la Universidad Católica, es claro al respecto: "Nuestro organismo funciona mejor con el horario de invierno durante todo el año".


El impacto oculto del cambio horario

La ciencia ha demostrado que el cambio horario afecta directamente nuestro reloj biológico interno. El paso al horario de verano en septiembre es particularmente dañino, ya que obliga al cuerpo a despertar antes de lo que está preparado para hacerlo naturalmente. Estudios internacionales vinculan esta transición con un aumento del 24% en riesgo de infartos durante la primera semana, mayor incidencia de accidentes viales y reducción significativa del rendimiento cognitivo.


Quiénes sufren más las consecuencias


Los jóvenes y las personas con cronotipo vespertino ("búhos") enfrentan mayores dificultades de adaptación. Su reloj biológico natural los lleva a dormir y despertar más tarde, por lo que el cambio de horario les genera trastornos del sueño más severos que pueden prolongarse por semanas. La exposición matutina a luz natural y evitar pantallas antes de dormir ayudan a mitigar estos efectos, pero los científicos enfatizan que son soluciones parciales.


Una solución pendiente en el Congreso


Pese al consenso científico sobre los beneficios de mantener un horario único, iniciativas legislativas para eliminar el cambio bianual llevan años sin avances. "Mientras seguimos sometidos a esta política pública, la población sufre consecuencias prevenibles en su salud y productividad", afirma Larrondo.


La propuesta de los expertos es clara: adoptar permanentemente el horario de invierno (GMT-4), que coincide mejor con nuestros ritmos circadianos y la disponibilidad de luz solar natural.