El Ártico enfrenta una crisis sin precedentes debido al calentamiento global acelerado


El hielo marino alcanza mínimos históricos, el permafrost se derrite y los incendios forestales aumentan, mientras los científicos advierten sobre consecuencias globales irreversibles.
(CNN) - El Ártico, una de las regiones más críticas para el equilibrio climático del planeta, muestra señales alarmantes de deterioro. En los últimos meses, las temperaturas en algunas zonas han superado los promedios normales en 36 grados Fahrenheit (20 °C), y el hielo marino ha registrado sus niveles más bajos para febrero, marcando el tercer mes consecutivo de mínimos históricos.
Este declive acelerado, impulsado por el calentamiento global, tiene consecuencias devastadoras. El hielo marino, que actúa como un espejo gigante reflejando la luz solar, se reduce rápidamente, permitiendo que los océanos absorban más calor y aceleren el cambio climático. Según la Administración Nacional Oceánica y Atmosférica (NOAA), el Ártico ya opera en un “nuevo régimen”, donde los fenómenos extremos son cada vez más frecuentes.
Impactos globales y ecológicos
La pérdida de hielo no solo afecta a los 4 millones de personas que habitan la región, sino que también altera los sistemas climáticos globales. Twila Moon, científica del Centro Nacional de Datos de Nieve y Hielo (NSIDC), explica que el Ártico es “el sistema de aire acondicionado del planeta”. Su deterioro debilita la corriente en chorro, provocando fenómenos meteorológicos extremos como olas de calor, sequías y tormentas más intensas.
Además, el deshielo del permafrost libera dióxido de carbono y metano, gases que intensifican el calentamiento global. Los
incendios forestales, cada vez más frecuentes, agravan la situación, convirtiendo la tundra ártica en una fuente neta de emisiones de carbono.
“El Ártico estará libre de hielo en verano antes de 2050, incluso si detenemos las emisiones ahora”, advierte Dirk Notz, experto en hielo marino de la Universidad de Hamburgo.
Desafíos geopolíticos y científicos
La inestabilidad geopolítica, como la guerra en Ucrania, y los recortes a programas científicos en Estados Unidos, dificultan el monitoreo de estos cambios. “Sin datos precisos, será imposible entender y mitigar los impactos”, alertan los expertos.
El Ártico es un recordatorio contundente de cuánto poder tienen los humanos para alterar el planeta. Sin acciones urgentes, sus cambios podrían ser irreversibles, afectando a generaciones futuras.