El almacenamiento seguro de carbono es diez veces menor al estimado y solo reduciría 0,7 °C el calentamiento global


Un estudio internacional revela que la capacidad práctica para almacenar CO₂ bajo tierra alcanza apenas 1.460 gigatoneladas, un recurso finito que requiere gestión estratégica y equitativa entre naciones.
La capacidad global para almacenar dióxido de carbono de forma segura bajo tierra es casi diez veces inferior a las estimaciones previas de la industria y apenas permitiría reducir el calentamiento global en 0,7 °C, según un estudio publicado en Nature por investigadores del Instituto Internacional de Análisis de Sistemas Aplicados (IIASA).
El trabajo, que por primera vez cartografió las zonas geológicas aptas considerando criterios de seguridad y viabilidad, calculó un límite prudente de 1.460 gigatoneladas de CO₂ almacenable, frente a las 14.000 gigatoneladas que manejaban proyecciones anteriores.
Un recurso finito y estratégico
El equipo internacional, liderado por Matthew Gidden del IIASA, descartó áreas con riesgo de provocar terremotos, contaminar acuíferos o afectar poblaciones. Países como Estados Unidos, Rusia y China concentraron el mayor potencial de almacenamiento seguro, mientras que India, Noruega y naciones de la UE mostraron reducciones significativas por sus mayores riesgos geológicos.
“El almacenamiento de carbono debe tratarse como un recurso agotable e intergeneracional que requiere gestión responsable”, advirtió Gidden, según reportó EurekAlert. Los autores subrayaron que este recurso limitado obliga a tomar decisiones críticas sobre qué sectores, países e incluso generaciones podrán utilizarlo, especialmente porque su aplicación exclusiva para eliminar CO₂ atmosférico –sin otras medidas– tendría un impacto climático modesto.
El estudio alertó que muchos escenarios del IPCC superarían este límite de almacenamiento seguro antes de 2100, por lo que urgió a los países a definir estrategias claras y equitativas para su uso. “Usado estratégicamente ayudará a alcanzar las metas climáticas, pero sin cuidado podría cerrar opciones para las generaciones futuras”, concluyó el investigador.