El acelerado deshielo en la Antártica amenaza su biodiversidad
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El cambio climático está transformando la Antártica, aumentando la vegetación y poniendo en riesgo especies que dependen del hielo, como el krill, base de la cadena alimentaria.
La Antártica, uno de los ecosistemas más inhóspitos y frágiles del planeta, está siendo gravemente afectada por el cambio climático. Un estudio reciente publicado en la revista Nature revela que, gracias al deshielo acelerado, la vegetación en este continente está expandiéndose a un ritmo sin precedentes.
Zonas que antes estaban cubiertas de hielo están quedando al descubierto, permitiendo que especies como los musgos y líquenes, predominantes en el paisaje, comiencen a colonizar nuevas áreas.
Sin embargo, este fenómeno es solo un reflejo de los graves cambios que están ocurriendo en este territorio clave para el equilibrio global.
Impacto en el ecosistema antártico
La vegetación antártica, formada por especies como el clavel antártico, ha demostrado adaptarse a las nuevas condiciones climáticas, con algunas especies mejorando su capacidad de reproducción.
Sin embargo, no todos los seres vivos en este ecosistema tienen la misma suerte. El aumento de la temperatura está afectando directamente al krill, base de la cadena trófica antártica.
Con la pérdida de hielo, el krill pierde su hábitat y su protección, abriendo paso a especies como la salpa, un gelatinoso que podría reemplazar al crustáceo, alterando por completo la estructura alimentaria.
Los peces antárticos, que han vivido durante millones de años en condiciones estables de bajas temperaturas, también se ven afectados por este aumento térmico. Estos cambios provocan estrés en los peces, alterando su alimentación y reproducción, lo que podría tener consecuencias catastróficas en el ecosistema marino.
Las proyecciones para el futuro no son alentadoras: se estima que para el año 2100 la temperatura en la Antártica podría aumentar hasta tres grados Celsius, lo que incrementaría en un 25% el área descubierta de hielo.
Si bien la Antártica seguirá siendo blanca durante los inviernos, este proceso de deshielo acelerado podría llevar a una transformación radical de su paisaje y su biodiversidad, con efectos devastadores para el planeta si no se toman medidas urgentes.