Ejercicio físico genera proteínas anticáncer en sangre de sobrevivientes de cáncer de mama, revela estudio


Investigación australiana demuestra que una sola sesión de 45 minutos aumenta miokinas que suprimen hasta 30% el crecimiento tumoral en laboratorio.
Un único entrenamiento de resistencia o de alta intensidad desencadenó la producción de proteínas anticáncer en la sangre de 32 sobrevivientes de cáncer de mama, según un estudio publicado en Breast Cancer Research and Treatment. Investigadores de la Universidad Edith Cowan descubrieron que las miokinas liberadas durante el ejercicio suprimieron hasta un 30% el crecimiento de células tumorales en muestras de laboratorio.
Mecanismo protector
Los participantes realizaron 45 minutos de ejercicio: un grupo entrenamiento de resistencia (press de pecho, remos, zancadas) y otro entrenamiento interválico (bicicleta estática, caminadora). Los análisis sanguíneos pre, post y 30 minutos después revelaron un aumento agudo en tres miokinas clave: decorina, IL-6 y SPARC. Estas proteínas, secretadas por músculos durante la actividad, mostraron efectos antitumorales al exponerse a células de cáncer de mama triple negativo —el subtipo más agresivo y resistente a terapias hormonales—.
Según reportó Science Alert, Francesco Bettariga, autor principal, destacó: "Ambos tipos de ejercicio producen miokinas anticáncer [...] resultados excelentes para agregar ejercicio como cuidado estándar en tratamientos oncológicos". El hallazgo confirma que las miokinas inhiben tumores mediante efectos antiinflamatorios, observados antes solo en estudios preclínicos.
Camino hacia terapias integradas
Aunque el estudio no evaluó impacto en recurrencias a largo plazo, refuerza evidencias sobre el rol del ejercicio en control tumoral. "Las miokinas reducen el crecimiento de células cancerosas, contribuyendo a vías biológicas propuestas para combatir la enfermedad", concluyó el equipo. Los investigadores urgieron más estudios para determinar cómo estas proteínas podrían optimizar tratamientos.
El descubrimiento ofrece una base científica para incorporar rutinas personalizadas en supervivencia al cáncer, aunque Bettariga advirtió: "Se necesita más investigación para determinar la relevancia clínica a largo plazo".