Detectan un agujero negro primigenio que desafía la física: Podría confirmar teorías de Stephen Hawking

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José Ferrada 02-09-2025

El telescopio espacial James Webb halló un objeto masivo y "casi desnudo" de los inicios del cosmos, lo que podría confirmar una teoría de Stephen Hawking y obligar a replantear el origen del universo.


El telescopio espacial James Webb detectó un antiguo agujero negro "casi desnudo" que podría haberse formado en la primera fracción de segundo después del Big Bang. Este hallazgo, que data de cuando el universo tenía solo 700 millones de años, desafía las teorías cosmológicas predominantes, que sostienen que las galaxias surgieron antes que los agujeros negros.


El objeto, conocido como QSO1, posee una masa equivalente a 50 millones de soles, pero está rodeado por una cantidad insignificante de material estelar. "Este agujero negro está casi desnudo. Esto es realmente desafiante para las teorías", afirmó el profesor Roberto Maiolino, cosmólogo de la Universidad de Cambridge que participó en las observaciones.


Un hallazgo con implicaciones profundas


La naturaleza "prístina" del material que lo rodea, compuesto casi exclusivamente de hidrógeno y helio primordiales, sugiere que no existió una formación estelar significativa a su alrededor. "Estos resultados son un cambio de paradigma", señaló Maiolino, según reportó The Guardian"Aquí estamos presenciando un agujero negro masivo formado sin mucha galaxia".


El descubrimiento avala la teoría de los agujeros negros primordiales, predicha por Stephen Hawking en la década de 1970, que postula que estos objetos se formaron por el colapso de regiones densas instantes después del Big Bang. De confirmarse, este hallazgo obligaría a reescribir los modelos actuales de evolución cósmica.


Andrew Pontzen, cosmólogo de la Universidad de Durham no involucrado en el estudio, destacó que un origen primordial confirmado "tendría profundas implicaciones para las leyes fundamentales de la física". La resolución definitiva de este debate podría llegar con la próxima generación de detectores de ondas gravitacionales dentro de una década.