Detectan más de 40 nuevas filtraciones de metano en la Antártida: Científicos advierten sobre su impacto en el calentamiento global
El hallazgo de múltiples filtraciones submarinas en el mar de Ross revela un fenómeno acelerado y poco comprendido que podría intensificar el cambio climático, según advierten expertos internacionales.
Recientes investigaciones han detectado un alarmante aumento de filtraciones de metano bajo las aguas de la Antártida, un fenómeno que podría agravar el calentamiento global y poner en entredicho los pronósticos climáticos actuales.
El metano es un gas de efecto invernadero mucho más potente que el dióxido de carbono, capaz de atrapar hasta 80 veces más calor durante sus primeras décadas en la atmósfera. Las reservas subterráneas acumuladas durante milenios están comenzando a liberarse en cantidades cada vez mayores, lo que genera gran inquietud en la comunidad científica.
El estudio, publicado en la revista Nature Communications, fue realizado por un equipo internacional de investigadores que utilizó sondas acústicas, vehículos submarinos y buceadores para analizar distintas zonas del mar de Ross, entre 5 y 240 metros de profundidad. Los resultados documentaron más de 40 nuevas filtraciones, un cambio drástico y reciente en la dinámica del ecosistema antártico.
Hasta ahora, solo se conocía una filtración activa en el continente blanco, según explicó Sarah Seabrook, investigadora de Earth Sciences New Zealand. La rápida aparición de numerosos puntos activos “desafía las expectativas previas”, pues antes se creía que estos eventos eran raros y aislados.
Los científicos subrayan que las filtraciones emergen en lugares ya estudiados, lo que sugiere que su formación es reciente. Aunque aún se investigan las causas, muchos expertos apuntan al aumento sostenido de las temperaturas globales como posible detonante de este fenómeno.
El impacto podría ser profundo. El metano liberado podría alcanzar la atmósfera y potenciar aún más el cambio climático, generando un círculo vicioso: el calentamiento libera metano, y el metano acelera el calentamiento.
Además, las emanaciones podrían alterar los ecosistemas marinos. El gas modifica la química del fondo oceánico y podría afectar a especies sensibles, como los arácnidos marinos observados recientemente en zonas cercanas a las filtraciones.
El profesor Andrew Thurber advirtió que la Antártida podría pasar de ser un laboratorio natural clave para la ciencia, a un foco de riesgo ambiental global si no se reducen las emisiones y el calentamiento continúa avanzando.
Los expertos coinciden en que comprender la magnitud del fenómeno y su proyección futura será esencial para anticipar sus efectos climáticos y ecológicos en las próximas décadas.