Descubren un nuevo sentido: El intestino se comunica directamente con el cerebro

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José Ferrada 23-07-2025

Una investigación pionera sugiere que la sofisticada interacción entre el intestino y el cerebro constituye un sentido completamente nuevo, denominado "neurobiótico", que podría revolucionar el tratamiento de trastornos alimentarios y psiquiátricos.


Científicos de la Universidad de Duke identificaron un mecanismo de comunicación entre las bacterias intestinales y el cerebro lo suficientemente complejo como para ser clasificado como un sentido distinto. Esta conexión bidireccional, aunque previamente asociada a diversos problemas de salud, nunca había sido caracterizada con tal precisión en sus procesos físicos subyacentes. El descubrimiento abrió nuevas perspectivas sobre cómo los microorganismos intestinales influyen directamente en el comportamiento humano, particularmente en el apetito y el estado de ánimo.


El equipo de investigadores se enfocó en la flagelina, una proteína presente en bacterias intestinales conocida por activar respuestas del sistema inmune. Sin embargo, su objetivo era determinar si esta proteína también enviaba mensajes directos al cerebro. "Queríamos saber si el cuerpo puede detectar patrones microbianos en tiempo real, no solo como respuesta inmunológica o inflamatoria, sino como una respuesta neuronal que guíe el comportamiento de inmediato", explicó el neurocientífico Diego Bohórquez, líder del estudio, según reportó Science Alert.


Los experimentos con ratones en ayuno revelaron mecanismos específicos que conectaban las bacterias intestinales con el cerebro a través de células del colon llamadas neuropodos y el nervio vago. Al administrar pequeñas dosis de flagelina, los ratones redujeron significativamente su ingesta de alimentos, sugiriendo que la proteína actuó como un mensajero directo. En pruebas posteriores, los ratones con receptores desactivados para la flagelina mantuvieron patrones alimentarios normales, confirmando la influencia directa de esta señalización en el comportamiento.


Implicaciones para la medicina moderna


Aunque el cerebro ya regulaba el apetito en respuesta a señales intestinales, los investigadores argumentaron que la complejidad y velocidad de esta comunicación bacteriana justificaba su reconocimiento como un sentido nuevo. "Este sentido permite al huésped ajustar su comportamiento en respuesta a un patrón molecular de sus microorganismos residentes", escribieron los autores en la revista Nature. A este proceso lo denominaron sentido neurobiótico, estableciendo la interfaz entre la biota y el cerebro.


Aunque se requieren estudios adicionales para confirmar si este mecanismo opera en humanos, la similitud entre los sistemas digestivos de roedores y humanos sugiere una alta probabilidad.